Con el embarazo llegan los antojos, los mimos de toda la familia y la panza. Y con ella, además de la felicidad de estar en contacto con el bebé, llegan las molestias, el peso y el cansancio. Pero para contrarrestar el lado negativo del embarazo, el ejercicio, como en todos los momentos de la vida, aparece como una de las mejores alternativas. Siempre y cuando el obstetra lo apruebe y lo recomiende.

Y el médico lo hará –salvo en los casos en que el embarazo presente complicaciones o que la mujer tenga alguna dolencia específica– porque varias organizaciones, como el Colegio de Obstetras y Ginecólogos de los Estados Unidos, lo recomiendan. De hecho, esa institución aconseja a la mayoría de las mujeres en la dulce espera que realice 30 minutos o más de actividad física moderada, la mayor cantidad de días posible a la semana, o incluso todos los días.

Una vez que el obstetra ha dado su aval, probablemente también hará una serie de recomendaciones. En primer lugar, indicará hacer ejercicio de intensidad leve o moderada mientras que no cause dolor, sensación de falta de aire o cansancio excesivo. También recomendará hacer ejercicio en una habitación ventilada, en momentos del día en que no haga mucho calor y una actividad leve y de bajo impacto, sobre todo durante el primer trimestre.

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Entre las actividades más seguras para las embarazadas se encuentra caminar, practicar disciplinas como el tai chi, pedalear en una bicicleta fija y nadar. Sobre todo esta última, que permite realizar una amplia variedad de movimientos pero con un muy bajo riesgo, ya que el agua impide que el cuerpo soporte su propio peso. También la natación ayuda a disminuir la tensión en los huesos y las articulaciones y estimula la circulación y la salud de la columna vertebral.

Otro tipo de ejercicios recomendados es el estiramiento, que se realiza en forma suave, por lo que resulta relajante. Además, es bueno para mantener los músculos ágiles y firmes, desarrollar más flexibilidad y disminuir la tensión muscular.

Habiendo precalentado, también se pueden realizar en casa algunos ejercicios para la cintura, abdominales y miembros inferiores. Por ejemplo, de pie y separando las piernas según el ancho de hombros se puede estirar el brazo derecho hacia la izquierda y viceversa, para ejercitar la cintura; en la misma posición pero flexionando las piernas se pueden hacer rotaciones sin mover la cadera para trabajar también los abdominales laterales.

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Para ejercitar gemelos, glúteos y cuadriceps la embarazada se debe parar derecha detrás de una silla, tomándose del respaldo para subir los talones hasta quedar en puntas de pie. Luego, manteniéndose en puntas, debe flexionar las piernas hasta que los talones rocen con los glúteos.

Entre los deportes que están desaconsejados se encuentran los de contacto (hockey, kick boxing), alto riesgo de caídas (equitación, tenis) y los movimientos bruscos y de rebote.

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Realizar algunos de estos ejercicios recomendados ayuda a las embarazadas a sentirse mejor, a disminuir los dolores y las molestias típicas de los nueve meses, a mantener mejor su peso, a mantenerse más sanas y a preparar mejor el cuerpo y la respiración para el trabajo de parto.