Washington  se opone a venta de naves  españolas a Venezuela  porque estas tienen su tecnología.

Venezuela firmó ayer contratos por 1.700 millones de euros (unos 2.000 millones de dólares) con España para comprar doce aviones de transporte y vigilancia y ocho buques patrulleros, en una iniciativa para reforzar su fuerza armada, criticada por Estados Unidos.

Los contratos contemplan entregas hasta el 2011 y suponen unos 1.700 millones de euros, dijo el ministro de la Defensa de España, José Bono, quien firmó el contrato con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

Chávez denunció que la oposición de EE.UU. a la venta de las naves (la mayoría con tecnología estadounidense) era evidencia de la vocación “imperialista” de esa nación.

Publicidad

Las críticas de EE.UU. sobre los contratos militares tensan aún más las deterioradas relaciones entre Washington y Caracas, uno de sus mayores abastecedores de crudo.

La Casa Blanca ha expresado temores de que algunas armas o equipos comprados por Venezuela puedan terminar en las manos de las guerrillas izquierdistas de la vecina Colombia, cuyo Gobierno es el más cercano aliado de Washington en la región.

Pero Chávez afirma que los temores son injustificados y que su país necesita renovar su anticuado equipo militar.

Publicidad

‘Derecho de España’
El ministro español defendió el derecho “soberano y autónomo” de su país de hacer negocios con quien quiera, y aseguró que los buques y aviones que venderá a Venezuela no tienen carácter ofensivo y “no tienen armas para atacar”.

Entre el 50% y el 60% de los componentes de los aviones españoles son de origen estadounidense y Washington ha expresado dudas acerca de conceder a España licencias de exportación de esa tecnología hacia Venezuela.

Publicidad

Bono dijo que “no hay ningún embargo internacional” contra Venezuela y que los contratos benefician a casi mil trabajadores españoles que laborarán en la construcción de los buques y aviones.

“Aquí estoy para defender los intereses de España, los intereses de su industria”, dijo.

Agregó que España tiene la opción de un importante negocio y no está dispuesto “a regalárselo a Italia, Francia, Alemania u otro país”.