Es obvio que nuestro sistema político ha colapsado y que se necesita hacer una serie de cambios profundos para componerlo. Esto va a tomar un buen tiempo. Primero hay que analizar el problema principal: no vivimos en una democracia verdadera donde se representen los ideales de la mayoría de ecuatorianos. Más bien el sistema se presta a que un grupo limitado de personas impongan su voluntad sin considerar el bien colectivo. Entonces, seamos prácticos y comencemos solucionando esto con cambios inmediatos. Revisemos tres ideas cruciales:

Voto voluntario.– Principio básico de libertad. El voto debe ser un derecho de todos los ciudadanos, mas no una obligación. El voto voluntario eventualmente haría que el voto sea más consciente. Así de simple.

Elecciones primarias.– Principio básico de democracia. Si queremos un sistema realmente democrático, debemos empezar por los partidos políticos, los cuales deben ser la mayor fuente de representación ciudadana. No es posible que las designaciones a candidatos de los partidos se hagan a dedo y basándose en los intereses de unos pocos. Obligar a los partidos a que realicen elecciones primarias entre sus afiliados para todas sus designaciones electorales es inminente para democratizarlos. Además, esta necesaria democratización de los partidos los reduciría significativamente en número, y por ende, también disminuiría nuestra exagerada fragmentación política, facilitando la gobernabilidad del país.

Distritos electorales.– Principio básico de representatividad. Uno de los problemas más graves en el Ecuador es que los funcionarios públicos pocas veces son responsables por sus acciones ante sus electores. No hay una verdadera rendición de cuentas al electorado. Peor aún, los mismos electores muchas veces ni siquiera saben quiénes los representan. Para solucionar esto es absolutamente necesario cambiarse a un sistema de elecciones por distritos, que promovería una representatividad más directa de los ciudadanos. Adicionalmente sería un paso importante para descentralizar el sistema político. Este cambio tiene que ir de la mano con que los nombres de candidatos en las papeletas electorales aparezcan en listas alfabéticamente ordenadas, y no por partidos.

Si se aplicaran estas ideas, se lograría un paso inmenso en beneficio del país. Estos cambios harían que cada vez más veamos en las papeletas electorales a mujeres y hombres con un verdadero afán de servicio público, que se deban a los electores que los favorecieron con su voto en vez de a sus partidos políticos y sus líderes. Aun más, estos simples principios sentarían la base para una democracia plena y con una representación adecuada de los ciudadanos, aspectos fundamentales para una transformación integral del Ecuador.

Tres ideas, tres preguntas que idealmente deberían ser consultadas al país, para que en caso de ser aprobadas por la mayoría de ecuatorianos se implementen en las elecciones del próximo año. Es claro que en la situación actual estos cambios no van a salir de los partidos políticos. Pero también es cierto que el notable desprestigio de estos le da fuerza a los movimientos ciudadanos, que de actuar en concertación, con una agenda clara y sobre todo práctica, junto a la presión de la sociedad se pudieran conseguir estos cambios inmediatos. Todos, de alguna manera u otra, debemos ser actores.

*Empresario