El gasoducto de Camisea sufrió su cuarta rotura en menos de un año y causó el derrame de hasta 6.000 barriles de líquidos de gas en la selva de Perú, lo que frenó el bombeo del combustible, dijo este lunes el gobierno.

"El volumen derramado sería entre 4.500 y 6.000 barriles de líquidos (...) cerca del 40 por ciento de lo derramado al contacto con el ambiente se vaporiza", reseñó un comunicado del Organismo Supervisor de la Inversión en Energía (OSINERG).

La empresa Transportadora de Gas de Perú (TGP), una filial de Techint de Argentina, informó el viernes que un día antes había registrado un "bajón" en la presión en el ducto de líquidos en Camisea, una de las mayores reservas de gas de la región.

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"El bombeo de líquidos ha sido suspendido, no así el bombeo de gas seco. El ducto de gas corre paralelo al ducto fallado; sin embargo, éste está a una mayor profundidad", agregó.

La zona afectada por el derrame está en la selva central, en un lugar no habitado, destacó la entidad estatal OSINERG. "La población más cercana está a 30 kilómetros", acotó.

Ejecutivos de Transportadora de Gas de Perú no estuvieron disponibles para comentar el accidente.

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La suspensión del bombeo de líquidos de gas dejó sin abastecimiento a la planta de fraccionamiento, operada en la costa sur de Perú por la argentina Pluspetrol.
"OSINERG viene realizando el monitoreo de los niveles de contaminación y de previsión" en la zona, añadió la entidad.

El último incidente ocurrió en septiembre en Ayacucho, región andina más afectada por los constantes derrames de líquidos de gas natural de Camisea, y el gobierno peruano dijo que llevaría el caso a los tribunales para asegurarse que la empresa pague una indemnización a los afectados.

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Cuando en agosto del 2004 se abrieron las válvulas de Camisea, las comunidades nativas cercanas a los pozos y a las zonas por donde cruzan los ductos de líquidos y gas advirtieron su temor a la contaminación, pero el gobierno peruano prometió que la explotación de la reserva les traería progreso.