Una sonda espacial japonesa hizo historia el sábado, al aterrizar en la superficie de un asteroide y recoger muestras de rocas que pueden dar pistas sobre el origen del sistema solar.

La sonda, llamada Hayabusa -halcón en japonés- no está tripulada.

Tras analizar los datos transmitidos por la sonda, luego de su última hazaña, la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (AJEA) informó que Hayabusa aterrizó sobre el asteroide, a 300 millones de kilómetros de la Tierra.

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Luego, la sonda lanzó una bola metálica de unos cinco gramos sobre la superficie a una velocidad de 1.080 kilómetros por hora. Con una cápsula se recogieron los restos provocados como consecuencia del impacto, explicó la agencia.

El ministro de Ciencia y Tecnología, Iwao Matsuda, lo consideró  como el primer logro de este tipo en el mundo. Señaló que acciones como esta contribuirán a la exploración del espacio.

La acción del Hayabusa constituye la primera en tomar material de la superficie de un asteroide.

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La sonda japonesa ha enviado imágenes detalladas del asteroide. En una fotografía publicada en el sitio web, www.isas.jaxa.jp/e/snes/
2005/1110_hayabusa.shtml,  se observa la sombra de la sonda en la superficie.
El programa espacial de Japón se ha visto eclipsado por el éxito de su vecino chino, quien ha realizado vuelos tripulados al espacio.

Primer intento fracasado
Tras dos años y medio de viaje, Hayabusa aterrizó el pasado domingo en la superficie de un asteroide de 548 metros de largo llamado Itokawa, en recuerdo del primer científico espacial japonés, Hideo Itokawa.

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El aterrizaje constituyó el primero que ha realizado una nave japonesa sobre un cuerpo extraterrestre.

La sonda permaneció 30 minutos, pero no logró lanzar el equipamiento para recoger material.

Los responsables de la AJEA dijeron que el intento del sábado sería el último, ya que Hayabusa no tenía suficiente combustible para otro más y tenía que regresar a la Tierra.

La cápsula con las muestras aterrizará en Australia en junio del 2007.

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Se cree que los asteroides contienen piedras que han permanecido sin grandes cambios desde los primeros días del sistema solar, por lo que podrán ofrecer información muy valiosa.

La información determinará si un asteroide alguna vez chocará con la Tierra.