Simplemente, Leónidas. Mencionar el apellido (Da Silva) de la Maravilla negra, no es necesario para identificar a uno de los jugadores brasileños más formidables de todos los tiempos.

El precursor del fútbol espectáculo, ejecutor implacable de chilenas que hacían honor al sobrenombre de Hombre de Goma, se consagró en el Mundial de Francia 1938 como máximo artillero con 8 tantos.

Nació el 6 de septiembre de 1913, en Río de Janeiro. Varios de sus momentos más gloriosos los vivió con el Sao Paulo, club con el que ganó cinco coronas. Su magia también la brindó en Flamengo, Botafogo, Sao Cristovao y Peñarol.

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Su poder ofensivo fue reservado en la semifinal contra Italia, en la Copa del Mundo de 1938, donde no se lo alineó preservándolo para una final que no llegó para Leónidas ni para Brasil.

Pese a aquello, su clase le otorgó un boleto a la inmortalidad futbolística.

Murió en el 2004, a los 91 años de edad.