Agustín Delgado cerró ya el libro de su historia amarilla. Con un gran frasco de vitaminas en las manos, un par de pupos y un pequeño bolso atiborrado de pertenencias y recuerdos, el Tin fue el primero de los jugadores toreros que abandonó el estadio Monumental.

Nada más al salir se encontró con una muralla de reporteros. Fue entonces cuando se detuvo, respiró hondo y se puso contra el paredón. Pero no solo recibió la ráfaga de preguntas, también quiso matar con sus respuestas.

“Acá todos hablan lo que quieren. El presidente no debe decir esas cosas, tiene que tener mucha más cautela porque en este club las cosas se hicieron mal desde el inicio, comenzando por él”.

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Pese al difícil momento, su rostro no delataba contrariedad. Sus palabras sí. Masticó con rabia cada una de ellas, y no tuvo reparos en apuntarlas al propio Isidro Romero. “¿Ingrato? Para nada. Acá nadie me ha regalado nada, todo me lo gané con esfuerzo y siempre trabajé duro; pero si el presidente piensa que lo soy, lo que tenía que hacer era rescindir mi contrato y punto”.

Delgado también defendió su derecho a manejar su vida. “No voy a negar que sí estuve en la discoteca, pero eso no es indisciplina. Si yo falto al entrenamiento o llego borracho, eso sí es lo es, lo otro no es más que una acción de mi vida privada”, argumentó el goleador de las pasadas eliminatorias mundialistas.

“Tengo derecho a ir a discotecas como los demás, allí también había personas que al otro día debían trabajar. Yo no soy un robot, no tengo que dedicarle las 24 horas al fútbol, todos están equivocados si lo piensan así. En Inglaterra es lo más normal que los jugadores todas las noches vayan a bailar”, justificó.

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Agustín Delgado se liberó de todos los cargos que le hicieron la directiva y los cuatro técnicos que tuvo este año. También pidió disculpas “al grupo por no estar en la concentración junto a él después de la derrota con Olmedo”.

Por lo pronto acatará la orden de entrenar junto a la Sub 18, hasta que sus abogados finiquiten su contrato. Luego tendrá un mes para decidir su futuro.