En vísperas del tradicional Día de Acción de  Gracias, celebrado el jueves pasado en Estados Unidos, el presidente venezolano Hugo Chávez lanzó en Boston (noreste) una campaña que podría llamarse "petróleo contra el frío", y que también trata de ganar apoyos en un país adverso.
  
Tres meses después de haber criticado al presidente George W. Bush, con quien mantiene tensas relaciones, por no haber prestado ayuda a los afectados por el huracán Katrina, Chávez "cumplió su promesa" de ayudar a los desfavorecidos, explicó el embajador de Venezuela en Washington, Bernardo Álvarez.
  
En medio de la polémica en el Congreso por las ganancias gigantescas de las compañías petroleras y cuando la primera ola de frío invadía Estados Unidos, CITGO, la filial de Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), anunció la entrega de  12 millones de galones (44,4 millones de litros) de combustible barato para los  más pobres de Massachusetts.
  
"A mí no me va a afectar que (Chávez) tenga problemas con Bush", explicó al  Boston Globe Linda Kelly, la primera en beneficiarse del petróleo entregado con  un descuento del 40% respecto al precio del mercado, en medio de una importante atención de los medios de comunicación estadounidenses.
  
"Sé que la gente sigue hablando de todo esto, pero se trata de un gesto que  una persona quiso hacer (...) y va a ayudar a mucha gente y no solo a mí", explicó Kelly, evitando la polémica sobre Chávez y sus constantes acusaciones contra Bush, al que tachó recientemente de "genocida".
  
Joseph Kennedy, presidente de la organización sin fines de lucro Citizens Energy, que se encargará de la distribución del petróleo, rechazó las insistentes preguntas sobre las intenciones de Chávez con esta operación  mediante CITGO, que cuenta con 14.000 gasolineras y 55 terminales para el almacenamiento y distribución de crudo en Estados Unidos.
  
"A nadie se le ocurre hacer esta pregunta a Arabia Saudita.Nadie hace este tipo de pregunta a Kuwait, a Irán o Irak", dijo. Venezuela "es un país dirigido por una persona que se preocupa por los pobres", aseguró Kennedy.
  
Aunque el conservador Washington Times expresó sus dudas sobre la posibilidad de que la entrega de petróleo barato cambie la opinión del Gobierno de Estados Unidos sobre Chávez, al que considera una "amenaza" para la región, la operación ya empieza a tener logros visibles.
  
El representante demócrata William Delahunt (Massachusetts), que consiguió el acuerdo con Venezuela, no sólo tuvo la oportunidad de demostrar a sus electores su compromiso con las clases desfavorecidas, sino que criticó la política estadounidense hacia Venezuela en una reciente audiencia en el Congreso.
  
Delahunt es miembro de la influyente subcomisión para el Hemisferio Occidental de la Cámara de Representantes.
  
En esa misma audiencia, el representante demócrata y negro Gregory Meeks, de la ciudad de Nueva York, también arremetió contra el jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina, Tom Shannon, y llegó a preguntarle si "existían armas de destrucción masiva en Venezuela", en alusión al motivo alegado por el gobierno de Bush para lanzar la guerra contra Irak.
  
Cabe recordar que Chávez aprovechó su viaje a la Asamblea General de la ONU en septiembre pasado para visitar el Bronx y prometer limpiar el río que pasa por ese barrio desfavorecido, en el que viven principalmente negros e hispanos.
  
Estas operaciones a favor de los más pobres parecen darle apoyos en el Congreso estadounidense al presidente venezolano, que se suman a la presión que  ejercen en Washington grupos petroleros presentes en el país andino, que proporciona el 14% de las importaciones de crudo de Estados Unido.