John Lundberg, Rod Dickinson, Will Russell y Rob Irving son cuatro artistas ingleses. Con unas ingeniosas y rústicas herramientas lograban doblar durante la noche porciones enteras de las cosechas en los campos ingleses para crear los famosos “círculos en los sembrados”.

Los artistas explicaron en una famosa entrevista a la revista inglesa Fortean Times el porqué comenzaron a actuar, el cómo lo hacen y demás detalles.

Pese a que la farsa tiene años de haber sido desenmascarada, recientemente en uno de los más serios programas de la TV ecuatoriana, ‘Día a día’, se hizo un extenso reportaje sobre los “círculos en los sembrados” como obra de seres extraterrestres. Fue a propósito del Encuentro de Ufología en Loja que trajo a territorio ecuatoriano a personajes como el mexicano Jaime Maussan, “el ufólogo más representativo de la comunidad ufóloga”. Un personaje denunciado por embaucador y charlatán. Un “experto” que rentabiliza los videos de los supuestos avistamientos de ovnis a través de su empresa Maussan Producciones.

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Pero no importa, en la TV ecuatoriana estos personajes tienen puerta abierta. Ayer nomás Jorge Ortiz entrevistaba a otros de estos personajes: Ricardo González. Terrible, sin mostrar una sola prueba de nada, el discurso del entrevistado de Ortiz era asombroso no por lo que contaba (“los extraterrestres son gigantes, hermosos, de pelo plateado”) sino por el hecho de cómo alguien puede decir lo que dice en la TV y a nadie en el canal se le caiga la cara de vergüenza.

¿Por qué?  es la pregunta. ¿Por qué estos personajes tienen campo libre en los sets de televisión y en cambio pensadores de primera línea como Mario Bunge o Manuel Castells (en este momento en Quito) no aparecen ni de casualidad? ¿Por qué un Congreso de ufología tiene espacios estelares y el reciente encuentro literario en Cuenca no aparece ni de casualidad?

La agenda mediática. ¿Quién, cómo, cuándo, bajo qué parámetros decide lo que vamos a ver cada día en los noticieros? En lo político es grave, en casos como la ciencia vs. la pseudociencia es vital. Porque si algo nos falta es racionalidad, lógica y algo de sano escepticismo. Sin embargo, la TV va por el otro lado: en la vía de la credulidad y el timo intelectual; primas hermanas de casos como el del notario de Machala.

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Y todo a pretexto del argumento favorito de los ufólogos y charlatanes: “tener la mente abierta”. Pero como decía el Dr. Steven Novella, profesor de Yale, en un artículo para El Universal de México: “Abre tu mente, pero no tanto como para que se te caiga el cerebro”. Y a veces, da la impresión de que en la TV la mente ha estado desproporcionadamente abierta.