Los bienes que  embargó la Corporación Financiera Nacional (CFN) a través de los procesos coactivos seguidos en contra de los deudores propios o heredados de la banca cerrada, pasan a ser parte del activo improductivo de la institución, generándose así varios tipos de pérdidas.

La primera, porque son bienes que en su mayoría no cubren el valor adeudado; la segunda, porque dentro del proceso de remate muy rara vez se llega a vender uno en la totalidad del valor propuesto, si es que se vende; y, la tercera, que al no darles el uso para el que fueron creados se deterioran, sumándose a ello que no reciben  mantenimiento adecuado. Tenemos, por lo tanto, bienes que no se pueden vender para recuperar dinero y poder así cancelar  varios rubros que debe de pagar el  Estado.

A través de este problema se podrían generar tres tipos de soluciones, entre las que se destaca  dar trabajo a los que no  lo tienen. Si la CFN no paralizase el bien, sino que contrata a personas adecuadas para trabajarlo y de esa manera genera plazas de trabajo, mantenimiento del bien y por último, réditos que sirvan como fuente e ingreso a la misma CFN; podría el bien pasar el tiempo sin perder su valor real. Los inversionistas serían atraídos por algo que está en funcionamiento y no por una chatarra. Los palcos y parqueos del estadio Capwell podrían ser alquilados en valores menores y ganar dinero por volumen. Las haciendas, de igual forma, contratando administradores temporales que sean  calificados para esa labor, pudiendo inclusive generar un programa de inversión en donde la misma CFN pueda participar con el próximo dinero que le van a dar para volver a ser banca de primer piso y así cultivar esas tierras, contratando mano de obra desempleada y capacitada que necesita trabajar.

Publicidad

Si efectivamente deben  continuar con un proceso coactivo esta sería  una alternativa hasta para pagar los gastos del mismo. Los abogados contratados como impulsadores no pueden cobrar sus honorarios profesionales porque deben primero  vender los bienes que recuperan para poder cobrar; y si estos no son vendidos... no cobran, sin embargo, igual se hizo el trabajo e igual tienen que cargar con la inversión de su tiempo.

Un comprador que realmente esté interesado en el bien no le va a preocupar en lo más mínimo un impuesto predial impago. Si es guayaquileño, lo va a pagar. Él sabe que ese dinero es muy bien invertido en la ciudad y  que los impuestos deben  pagarse; en lo que sí se va a fijar es en la proyección y presupuesto que le hagan sus asesores financieros, en donde se va a reflejar cuánto va a costar volver a poner en funcionamiento la hacienda o el edificio. En cambio si estuviera usándose se generaría una realidad   más exacta, sobre todo, en el tema de visión empresarial.

Por ejemplo, a pesar de que tengo entendido  que no solamente está en manos de la CFN, sino también de la AGD; Pesquera Jambelí es una empresa que debe millones al Estado  y en estos momentos no vale para nada porque sus máquinas han sido paralizadas y se ha dañado todo. Sale más barato hacer una nueva planta procesadora de pescado que arreglar Pesquera Jambelí. En cambio, si estuviera en funcionamiento sería otra su suerte porque en el evento de que no se la venda se gana de igual manera porque está produciendo. El Banco del Pacífico es un ejemplo vivo del resultado de un bien no parado. Estuvo a punto de quebrar y ahora está cada día más fuerte, sin que se haya vendido.

Publicidad

Alfredo Negrete Feraud
Guayaquil