Uno de los mayores retos para la España de comienzos del siglo XXI es el de los intentos de Cataluña y el País Vasco por lograr una mayor autonomía. Hace algunos meses, el presidente vasco, Juan José Ibarretxe, llevó al Congreso en Madrid un plan aprobado por el Parlamento de su región según el cual el País Vasco se convertiría en un “estado asociado a España”. Para Ibarretxe, ese programa le quitaría argumentos a ETA. El Congreso en Madrid lo rechazó.

Hace pocas semanas le llegó el turno a Cataluña, cuando el presidente regional, Pascual Maragall, hizo lo propio. En su plan, aprobado también por el Parlamento regional, se considera a Cataluña “una nación”. Sin embargo, el Congreso en Madrid decidió estudiarlo para hacerle modificaciones. En ambas zonas del país hay un antiguo sentimiento a favor de la independencia, que se exacerbó por la represión franquista. No obstante, el País Vasco y Cataluña gozan de uno de los más altos niveles de autonomía que se conocen en Europa.