La bailarina tiene trece años laborando con el Centro Prodanza de Cuba y recibió la noticia durante su estancia en Guayaquil.

La cubana  María Elena Estévez se encuentra en la ciudad desde agosto pasado junto con su partenaire (compañero de baile), el también cubano Yasser Monet. Ambos llegaron por una invitación de la fundación Sociedad Femenina de Cultura para participar en jornadas con la Escuela de Ballet y el Cuerpo de Baile del Centro de Arte.

Dos meses después, en octubre, recibió mediante correo electrónico la noticia de su nombramiento como primera bailarina del Centro Prodanza de Cuba, institución donde labora profesionalmente desde hace trece años.

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Estévez dice  que de acuerdo con la Constitución cubana, el escalafón para llegar al título que obtuvo es ingresar primeramente en un Cuerpo de Baile, el cual tiene a su vez niveles A, B y C –según la importancia del papel–, luego asciende a corifeo, después a solista, viene primera solista, bailarina principal y, finalmente, primera bailarina.

Ella inició su actividad profesional en 1993, tras graduarse en la Escuela Nacional de Arte, en la especialidad Ballet Clásico.

El título recibido fue el de bailarina-profesora. Señala que no se aventuró a ser inmediatamente maestra de ballet, “porque primero se necesita esa experiencia de sensaciones, interpretativa y técnica para llegar a esa instancia profesional”. Ya en la docencia lleva ocho años.

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Su primera actuación en la compañía donde permanece hasta hoy fue un Pas de deux de Tchaikovsky, mientras que la primer protagonización fue en Cascanueces.

Luego ha realizado personajes principales en ballets como Coppelia, Don Quijote, Lago de los cisnes y Giselle. Este último era uno de los trabajos escénicos en los que tenía deseo de actuar y lo logró.

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Sostiene que su nombramiento puede atribuirse a la disciplina que se impuso desde que se inició como bailarina. “He sacrificado gustos alimenticios, porque mi instrumento es el cuerpo y debo lucir bien. No salir mucho a fiestas, es decir, mantener un aspecto físico impecable”, agrega Estévez, de 30 años.

En su formación tuvo como maestros a Fernando Alonso, Laura Alonso, Iván Alonso, Lázaro Carreño, Loipa Araujo, Josefina Méndez, Jackie D’Ámboise, entre otros.

De Fernando Alonso dice que aprendió la seguridad, exigencia y humanidad; de Laura, la energía; y de Loipa y Josefina, a ser bailarina las 24 horas del día. Estévez fue finalista del primer concurso Alicia Alonso en 1996. De aquella destacada bailarina y maestra cubana resalta su constancia en el ámbito artístico.

Ha sido invitada como bailarina principal a Polonia, Isla Guadalupe (Caribe) y Brasil. Hasta enero próximo tiene previsto permanecer con Monet en Guayaquil. Regresará a Cuba con la convicción de que “sobre el escenario es la mejor”, dicho que ha convertido en su filosofía de vida, explica la nueva primera bailarina del Centro Prodanza de Cuba.

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