El Primer Ministro de Israel adelantó las elecciones y renunció al Likud para formar otro grupo, cuya meta, dijo, será crear fronteras fijas con los palestinos.
La dimisión del primer ministro israelí, Ariel Sharón, y el abandono de la que hasta ahora ha sido su formación política, el partido Likud (de derecha), conmocionó ayer la escena política de Israel y puso en marcha el proceso para la celebración de elecciones anticipadas.
Sharón solicitó ayer al presidente de Israel, Moshé Katsav, la disolución del Parlamento.
Horas después la Cámara adoptaba varias mociones y decidía su disolución, iniciando así el mecanismo para celebrar elecciones legislativas en un plazo de 111 días, como establece la ley.
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“Sharón no es un novato. Se ha guardado las espaldas... asegurándose el apoyo de una docena de diputados del Likud y de otras formaciones que anteriormente había consultado”, declaró el analista Hanan Cristal, explicando la maniobra que efectuó el Primer Ministro.
“Sharón ha retomado la iniciativa. Habrá elecciones en la fecha que él eligió y lanzará la última ofensiva de su carrera política para fijar las fronteras de Israel conforme a su visión política”, añade Cristal.
Para ello Ariel Sharón ha abandonado las filas de su partido, el Likud, y creará una agrupación para asegurarse la victoria en los comicios anticipados de principios del 2006.
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La maniobra de Sharón trata de deshacerse de la fuerte oposición interna en su partido, por parte del campo de los duros, que no le han perdonado su plan de retirada de la franja de Gaza, culminado en septiembre pasado.
La prensa en Israel considera la dimisión de Sharón como un “terremoto”.
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“A través de una decisión audaz y dramática necesaria, (Sharón) rediseñará el nuevo mapa político. Su salida equivale a un terremoto”, escribió el diario Yediot Aharonot.
“Un nuevo partido de centro se prepara para ocupar el vacío político creado en la sociedad israelí”, escribe el diario El Maariv, que estima que Sharón va a tratar de romper el bloqueo político existente en Israel con los dos bloques de izquierda y derecha.
El principal recurso con el que cuenta Sharón, de 77 años, es su alta popularidad, a pesar de los asuntos de corrupción que a él le han afectado.
Los escándalos de financiación electoral en los que se vio implicado directamente o a través de su hijo Omri, no lograron alterar el amplio apoyo que le otorga la opinión pública israelí.
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Parte del electorado vio como un éxito su plan de retirada de Gaza, efectuado sin que cause grandes incidentes y que logró los elogios de la comunidad internacional, ya que ponía fin a 38 años de ocupación israelí.