Solo en Cuenca más de 250 uniformados entregaron sus recursos al notario de Machala.

Entre los miles de ex clientes del notario segundo de Machala, José Cabrera Román, de 71 años, y fallecido el 26 del mes anterior, están militares de diferentes sectores del país, entre ellos 250 uniformados de Cuenca que le entregaron su dinero en depósito.

“Sí, creí en él, porque personalmente fui a Machala a conocerlo y me pareció que su palabra tenía validez, por lo que decidí entregar hace año y medio poco dinero. Pero en febrero pasado le di 25 mil dólares”, dijo un sargento que pidió que no se lo nombre para evitar un llamado de atención.

Cuenta que los militares de otras ciudades llamaban telefónicamente a la secretaria de Cabrera, y ella les asignaba un turno y fecha para que acudan a retirar los intereses.

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Fue en el 2003, cuando llegó a Cuenca, que se enteró de la existencia del negocio del notario de Machala, José Cabrera, y de los jugosos intereses que pagaba a todos quienes confiaban dinero en sus manos.

Él es sargento 1º con 20 años de servicio en las Fuerzas Armadas, quien luego de pedir el pase al Azuay se unió a los más de 250 militares de esa zona que confiaron en la palabra del notario fallecido el pasado 26 de octubre por un infarto en Quito.

“Sí, creí en él, porque personalmente fui a Machala a conocerlo y me pareció que su palabra tenía validez y decidí entregar hace año y medio poco dinero. Pero en febrero pasado le di 25 mil dólares”, dijo el sargento, quien pidió que no se lo nombre para evitar un llamado de atención.

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Ese monto lo reunió luego de pedir un préstamo por 7 mil dólares de la cesantía en el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (Issfa) y el resto de recursos de su negocio familiar, una tapicería, y de convencer a sus hermanos y cuñados para que obtengan también ganancias de lo que él llama “inversión”.

Una inversión que le generaba al mes 2.000 dólares y que lo dividía entre sus socios.

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“Esto me permitía mejorar mi situación económica”, aduce el militar, quien señala que no fue ingenuidad entregar su dinero al notario, sino desesperación por el bajo sueldo que recibe en las FF.AA.

Como él, otro sargento 1º de la misma división del Ejército, dice resignado que ha perdido 44 mil dólares (17 mil los reunió por un crédito de aportaciones y un quirografario) junto a tres militares más que se unieron para conformar un grupo que exigía Cabrera.

En el último año, el notario no recibía menos de 10 mil dólares, por lo que en el caso de los militares conformaban grupos desde tres hasta diez de ellos para obtener la base de 10 mil dólares y nombraban a quien aparecería en la letra de cambio como el único beneficiario.

Hace dos años, la base era de 8.000 dólares y hace tres años de 5.000. Antes de la dolarización, la base era de 100 mil sucres y se fue incrementando hasta llegar a un millón.

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El notario siempre pagó intereses y capital con billetes de 5, 10 y 20 dólares. Ninguno de los consultados recibió billetes de mayor denominación.

Los militares de otras ciudades llamaban telefónicamente a “Soraya”, la secretaria de Cabrera, quien les daba un turno, fecha y hora para que retiren los pagos, siempre entre las 08h00 y 12h00 y desde las 13h00 hasta las 18h00.

Cuentan que nunca llevaban el uniforme por pedido del propio notario, que les sugirió ir de civiles y a quienes se atrevían a contradecirlo, simplemente les devolvía el dinero y quedaba “fichado”.

En Quito también hay compañeros perjudicados, según refirió un oficial militar, en especial del Ministerio de Defensa, de donde asegura, salía un mensajero custodiado hasta Machala para dejar el dinero de sus compañeros.

En el mismo Batallón de Cuenca, un oficial militar agradeció a “Dios y al doctorcito”, porque por ellos, ahora tiene su casa y su auto.

“Lo conocí (a Cabrera) en 1989, también por referencias de un compañero militar en Machala y comencé a invertir”, comentó y  aseguró que “el doctorcito nunca le falló”.

Él es uno de los militares que lograron recuperar con creces su dinero, pero otros dicen que lo han perdido todo, por lo que la semana pasada batallones  de Machala y Cuenca recibieron un telegrama del alto mando militar en el que manifiesta “que está preocupado por los últimos hechos ocurridos en Machala y que tratará de ver qué tipo de apoyo puede dar a los afectados... Si se trasladan a Machala, vayan de civiles”.

VINCULACIONES

Policías investigados
Milton Martínez, comandante de la Policía de El Oro, dijo ayer que solicitó al comando general que se investigue a todos los miembros de la Policía de la provincia. “Lo he pedido para transparentar mi posición y poner muy en claro lo que pasó. Me someto a las investigaciones. Se está indagando dónde estaba cada elemento policial el día del saqueo, quién lo mandó al sitio donde estaba y por qué estaba ahí”, señaló Martínez.  En la provincia hay 986 policías, más los empleados civiles y de otras dependencias, pero las investigaciones determinarán quiénes son culpables, por ello hay que esperar los resultados de las indagaciones, “no se puede aventurar a señalar a determinadas personas”, indicó el comandante de la Policía.

Ex clientes
Entre las personas que entregaron miles de dólares a José Cabrera Román, constan médicos, agricultores, abogados, militares, profesores, transportistas, bananeros, políticos, entre otros, indicó César Rigoberto de los Reyes, miembro de la Junta de Acreedores del ex notario. Señaló que aún no tienen cuantificado la ocupación de los acreedores, porque aún la Junta elabora la base de datos para determinar cuántos perjudicados hay y cuánto es el monto que les deben devolver. “Lo que pasa es que se han formado varios grupos.
Mucha gente está haciendo las gestiones desde sus provincias. Lo que sí es seguro es que por cada cliente hay siete o diez personas más. Tenemos registrados 3.000 clientes”. Familiares y no socios
 Mónica Gallardo, cuñada del ex notario, dijo que aunque conocía de la actividad de su pariente nunca participó en ella, pero que sí le afecta a su familia lo que está pasando, porque hay personas que los quieren involucrar. “Después de la muerte de mi cuñado vinieron muchas personas a buscarme para decirme que querían que los ayudemos a colocar dinero en el negocio de mi cuñado. Nosotros no queremos saber nada de eso, somo personas que vivimos de nuestro trabajo y eso lo saben todos los que nos conocen. Estamos asustados de ver cómo las personas que se beneficiaron de los intereses que les pagaba mi cuñado profanaron su tumba. Esto le ha afectado mucho a mi hermana”.

Más dólares en depósitos
César Rigoberto de los Reyes, dirigente de los acreedores, dijo que depositó $ 25.000 dos meses antes que falleciera Cabrera Román, pero que una parte del dinero es de sus cuñados. Contó que una semana antes de hacer el depósito se entrevistó con una de las empleadas del notario y le dijo que quería abrir una cuenta con $ 10.000, pero la mujer le dijo que Cabrera ya no aceptaba menos de $ 25.000. “Le dije que me diera unos días para reunir el dinero y fue así como entre siete personas juntamos esa suma”. Según el dirigente, su caso no es el único ya que hay cientos de personas que también hicieron grupos y reunieron más de 20 o 50 mil dólares para confiárselos al notario o a sus hijos que se quedaron a cargo del negocio.