Una grave conmoción social ha sacudido a la insegura ciudad de Machala; un notario recibía ilegalmente docenas de millones de dólares en la propia Notaría, sitial al que llegó nombrado por la Corte Superior de Justicia de la provincia de El Oro.

Para captar docenas de millones de dólares, obviamente, entre sus “clientes” tienen que encontrarse ex altos funcionarios de Gobierno, grandes hacendados, inversionistas, militares, policías, políticos, etcétera.

Es obvio también que dicha actividad ilegal era aceptada por los ambiciosos ciudadanos que vendían propiedades para invertir con el notario.

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El Código Penal del Ecuador califica a esta conducta como un delito y sanciona con años de prisión a los chulqueros, es decir, a los que cobran tasas de interés superiores a las que establece el Banco Central.

Por lo tanto, chulqueros son todos los que se han beneficiado de esa usura pagada por el notario, de allí que cuando vayan a denunciar a la Fiscalía, el fiscal si ha estudiado Derecho Penal y Procesal Penal, es a ellos a quienes debe ordenar prisión cuando declaren que recibían el 8 o 10%  mensual de interés por su dinero. ¡Eso es usura!

Respecto del Superintendente de Bancos,  está obligado por  la Ley de Instituciones Financieras a investigar en qué bancos depositaban esas fortunas,  sobre todo, adónde se volvían a invertir y en qué bancos y a nombre de qué empresas o ciudadanos particulares.

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Tiene que ordenar una investigación exhaustiva y pasarla a la Fiscalía para que penalmente no se convierta en encubridor.

Ab. Francisco Pesántez V.
Guayaquil