"A pesar de que calma a los bebés, el masivo uso del chupete preocupa a padres y pediatras. Muchos estudios alertan sobre los riesgos de su utilización extendida, pero también sobre sus beneficios."

El chupete, llamado pacifier en inglés, es uno de los primeros regalos que los bebés reciben durante sus primeros días de vida. También es uno de los objetos de los cuales más les cuesta desprenderse. Justamente porque, como indica la palabra inglesa que lo nombra, los calma, los pacifica, los sosiega.

Por eso muchas madres recurren a él cuando sus bebés lloran para ayudarlos a que puedan conciliar el sueño. Incluso, según indican recientes estudios realizados en varios países, el uso del chupete no sólo se ha incrementado sino que el tiempo en que los bebés lo utilizan también ha aumentado.

Publicidad

Este incremento se ha dado a pesar del extenso debate que se ha generado en torno de sus beneficios y efectos secundarios. Por eso es que a lo largo de los años se han realizado estudios para evaluar la conveniencia y las consecuencias de estimular este hábito en los bebés.

Uno de los últimos, avalado y tomado en consideración por la Academia Americana de Pediatría (AAP), indica que el uso del chupete antes de que los bebés se duerman podría ayudar a reducir el riesgo de padecer el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL). Según declaró una de las autoras de la investigación, se observó un 61 por ciento de disminución en el riesgo de padecer este síndrome en aquellos bebés que usaban chupete mientras dormían.

Por eso la AAP incluyó la recomendación de usar chupete entre las directrices para prevenir el SMSL. Incluso los investigadores declararon que este importante beneficio supera los riesgos potenciales que se asocian con el chupete.

Publicidad

Entre las posibles consecuencias negativas de este hábito de succión no nutritiva se encuentra el fracaso de la lactancia. Luego de realizar un estudio entre madres suecas, la Liga de la Leche, una organización internacional que ofrece información y apoyo a las mujeres que deseen amamantar a sus hijos, declaró que existe una importante relación entre la succión correcta o incorrecta, el uso del chupete y el éxito de la lactancia. Como descubrieron que el índice de lactancia a los 4 meses era de 44 por ciento en bebés que usaban chupete y del 91 por ciento en aquellos que no lo hacían, concluyeron que promover que los bebés no usen chupete podría contribuir a que tuvieran una buena lactancia.

También se ha asociado el uso del chupete con las malformaciones dentarias (maloclusión), la otitis aguda media frecuente (más de tres veces) y el riesgo de accidentes (caídas con el chupete puesto, posible estrangulación con el cordón que lo sostiene). Además, se ha encontrado que algunos bebés pueden desarrollar hipersensibilidad al látex, padecer úlceras orales, tener policaries debido al uso excesivo del chupete impregnado en productos azucarados o enfermar por los microbios o virus que pueden entrar en contacto con la tetina del chupete y luego con la boca del niño.