Dos años después del operativo policial en la farmacia Fybeca, de la Alborada, el cual marcó las vidas de Dolores Vélez y Dolores Briones, tras la muerte de sus esposos, Carlos Andrade y Guime Córdova, respectivamente, afirman haber experimentado constantes cambios y que, por encima del dolor y de los recuerdos, han empezado a darse una nueva oportunidad, porque sienten que sus vidas deben continuar.

En su humilde morada y abrazada a Karlita, su hija de dos años, la mirada de Dolores Vélez, de 31 años, refleja un cambio, el brillo en sus ojos y la sonrisa en su rostro no es casual.

La viuda de Carlos Andrade, el cliente que fue asesinado cuando iba a comprar pañales para su hija, asegura que dos años después de la pérdida de su marido, hoy su ritmo de vida es distinto al que tuvo que enfrentar el primer año.

Publicidad

“Al principio sentí que caía en un abismo y no tocaba fondo. Ahora estoy más tranquila, Dios me ha dado la paz que necesitaba y las cosas han cambiado”, dice con firmeza.

La mujer de cabellos negros aduce que el apoyo de su familia y el de los miembros de la iglesia evangélica a la cual asiste con regularidad han sido fundamentales en su superación personal. “No tienes idea de cuánto me ha ayudado mi familia y los hermanos cristianos que tengo, ellos han sido clave en todo este proceso, ahora ya cambié, me siento mejor, en paz, tranquila porque sé que mi esposo está en la gloria de Dios”, agrega.

Quedar sin el apoyo moral y económico de su esposo le significó un gran desafío.
“Hacer de padre y madre es muy duro, créame que sí lo es. He tenido que aprender muchas cosas: cocinar, hacer las compras, y enfrentarme a la vida yo sola, pero lo he conseguido, por mi hija lo he hecho”, añade.

Publicidad

Con la ayuda de su familia, Dolores Vélez pudo levantar un pequeño gabinete de belleza en la vivienda donde habita, el cual le sirve de sustento para su mantención diaria y la de la pequeña Karlita.

De la experiencia vivida hace dos años atrás, Dolores Vélez menciona que le ha servido para darle “mayor seguridad, fortaleza y ganas de luchar”. “Aunque me ha dolido todo lo que he tenido que pasar, de esto he sacado fuerzas para seguir luchando en la vida y sentir que hay que seguir adelante”, sostiene.

Publicidad

Aunque no lo admite abiertamente, Dolores Vélez deja entrever que su vida sentimental puede dar un giro con el pasar de los días.

“No he empezado a rehacer mi vida sentimental aún, pero hay una esperanza. He experimentado la soledad y la verdad es muy fea, es feísima”, dice mientras suelta una sonrisa que le ilumina el rostro.

 Por ahora, la joven mujer señala que solamente “admiradores hay, pero que aún tengo que esperar, no sé cuánto, quizás un mes, un año, aún no lo sé, mi familia y la de mi esposo me respalda en mis planes”.

Vélez, por ahora, se dedica unir más los lazos con su familia y a trabajar para mantener a su hija, pero “yo como mujer tengo la fe, la esperanza de tener otro matrimonio, y me voy a casar civil y eclesiástico”.

Publicidad

Algo no tan fácil
Mientras frota con sus manos su negra cabellera y suspira al recordar los 730 días desde la pérdida de su esposo, Dolores Briones, de 32 años, asegura que el deseo de rehacer su vida se mantiene, pero debido a la falta de apoyo familiar se le ha hecho difícil.

“No tengo a nadie, porque perdí a mi madre después de la muerte de mi esposo, tampoco tengo amigos y mi padre vive en el campo. Créame que todo esto se me ha hecho muy difícil, vivir sola y no tener el respaldo de nadie quien lo apoye es realmente feo”, dice.

Gracias al pequeño bazar que mantiene en su vivienda, local que junto a su esposo pudieron levantar, Dolores Briones afirma que ha podido mantener a su hijo de 4 años.
“El primer año fue muy duro, parecía que no iba a poder salir, pero el tiempo poquito a poco va curando el corazón”.

En su vida personal, Briones acota que se siente muy insegura de iniciar una nueva vida sentimental. “Es verdad que hace falta un hombre en casa, pero no me siento segura porque no tengo apoyo de nadie”. Y mientras deja escapar unas lágrimas, Dolores Briones señala que está tratando cambiar pero necesita “que me den cariñito porque me siento sola”.Estoy tratando de cambiar, por ahora no pienso estar con nadie pero quiero un hombre que me comprenda, que me quiera, me acepte como soy y me dé cariñitos, ojalá ese hombre llegue algún día.

Dolores Briones

La palabra de Dios dice que Él ordena a la viuda joven que se case. Entonces es bíblico y la palabra de Dios me respalda. Si alguien me quiere tirar piedras porque me vuelvo a casar está muy mal.

Dolores Vélez