Sin control, no hay orden, organización, evaluación de gestión y cambio de políticas y estrategias para obtener objetivos y metas planificadas empresariales y gubernamentales, ocasionando que la empresa o Estado desperdicie sus fondos y recursos naturales, técnicos, administrativos, financieros y materiales, creando caos y desconfianza para la inversión interna y externa, permitiendo el despilfarro y actos de corrupción en todos los niveles empresariales y de la sociedad.

Legal y constitucionalmente están obligadas a ser controladas las personas naturales y jurídicas para efectos tributarios y societarios, a través del Ministerio de Economía y de las superintendencias de Compañías y de Bancos, respectivamente; función que para evitar el desperdicio y escasez debería canalizarse en el control eficiente de los recursos naturales (petróleo y gas) del país y de sus recursos financieros dentro y fuera del Ecuador, a fin de evitar que sean mal aprovechados y que agraven la situación económica y social.

Existen empresas que han sido constituidas con solo 800 dólares de capital social, sin tener estructura operativa y administrativa, y sin experiencia profesional y empresarial, que han firmado contratos de servicios y de adquisición de bienes con el Estado y el sector privado, ocasionando estas algunas veces perjuicios a terceros.  Esta situación debe ser reglamentada por los organismos de control, para establecer el ámbito de operación y actividades que deben efectuar dichas empresas.

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Se ha comprobado que el progreso de un país o empresa, solo se lo consigue mediante el eficaz control que se aplique en la administración de sus fondos generados por autogestión y por deuda externa, y de sus recursos productivos y energéticos, como son el petróleo (explotación y comercialización), gas (consumo) y energía eléctrica (distribución), que constituyen el patrimonio económico nacional y contribuyen en el desarrollo financiero y social de una nación; por eso, el control es necesario para todos, incluyendo a las empresas de beneficio social o público.

Econ. Ángel Calderón Mayorga
Guayaquil