Reinaldo Puente, un campesino de 58 años de edad, se arrepintió a última hora de regresar a Colombia.

Por varias horas lo estuvo pensando hasta que su esposa, Biela Montenegro, de 50, le pidió que no volviera. Puente se acercó hasta la oficial de campo de la Acnur, Hanne-Meike Grol y le manifestó que decidió no retornar a su país.

La oficial le dio una charla sobre las ventajas y desventajas de su decisión. Reinaldo Puente llenó una solicitud de asilo para él, su esposa y su nieto Reinel.
“Me quedo en Ecuador porque esta es la tercera vez que me han obligado a abandonar mi país, la situación se hace insoportable allá”, dijo.

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Así como Reinaldo Puente, otros 29 solicitudes de refugio se receptaron hasta las 14h30 de ayer (cerca de 50 personas en total) en la improvisada oficina de la Acnur, instalada en la iglesia de los Combonianos de San Lorenzo. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), coordinó la movilización de los colombianos de San Lorenzo a Corriente Larga, en Ecuador.

Desde ese punto, los desplazados avanzaron por su cuenta a su natal Puerto Rico, de Colombia, donde aún hay huellas de los combates entre fuerzas regulares de Colombia y guerrilleros del frente 29 de las FARC, que hasta ayer permanecían en el poblado o camuflados en sus cercanías.

La Acnur reveló oficialmente ayer que 681 colombianos se inscribieron en la Cruz Roja como desplazados y muchos empezaron a regresar desde la noche del pasado lunes; ayer informó que 8 de los albergados presentaban síntomas de malaria, por lo que se realizaron pruebas de sangre.

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Para llevar una contabilidad real de los que han regresado, ayer a las 22h00 la Defensa Civil y la Cruz Roja tenían previsto hacer un conteo de quienes se quedaron. Previo a su retorno, un centenar de colombianos acudió a la iglesia de los Combonianos para asistir a una misa de agradecimiento por la acogida de los ecuatorianos.