Siete meses después de la muerte de su padre, Rainiero III, el príncipe Alberto II de Mónaco será oficialmente entronizado  durante una serie de ceremonias, que tendrán lugar del jueves al sábado, como soberano del principado, ciudad Estado de dos kilómetros cuadrados y 32.000  habitantes.
  
Después de una primera ceremonia realizada el 12 de julio y concebida como una "comunión con la población monegasca", el príncipe, de 47 años de edad, invitó a altas autoridades extranjeras a asistir a las festividades de esta semana, última etapa de su acceso al trono.
  
"Aunque Alberto II es príncipe desde el segundo que siguió a la muerte de su padre (Rainiero III, el 6 de abril pasado), esta ceremonia marca simbólicamente y oficialmente su entronización", precisan fuentes del palacio.
  
Las ceremonias empezarán el jueves, día de la fiesta nacional, con el  homenaje de los cuerpos de Estado de Mónaco a Alberto II, ante los cuales prestará juramento.
  
Las ceremonias en la tradición de los Grimaldi no incluyen una coronación propiamente dicha, pero el príncipe, rodeado de su familia, recibirá el homenaje sentado en el trono, que lleva las insignias de su antepasado Carlos III, muerto en 1889.
  
El sábado, ante las delegaciones extranjeras, será entregado al príncipe el  estandarte con sus insignias, una doble A entrelazada, mientras las de Rainiero serán presentadas por última vez a la guardia principesca.
  
Mónaco, que tiene el catolicismo como religión oficial, celebrará asimismo el acontecimiento con una misa solemne oficiada el sábado en la catedral.
  
Por la tarde, un encuentro de fútbol del campeonato de Francia de primera división que opondrá Mónaco a Saint-Etienne, recordará que Alberto vistió  siendo niño la camiseta roja y blanca del equipo del principado.
  
Las personalidades invitadas asistirán luego a la representación de la ópera de Rossini "El viaje a Reims", que narra un episodio de la coronación de Carlos X.
  
Entrega de condecoraciones, distribución de regalos, espectáculo de fuegos artificiales figuran en el programa de festividades ofrecidas durante tres días  a los monegascos.
  
En abril de 1950, las festividades de la entronización de Rainiero duraron una semana.
  
Jefe de Estado de un país diminuto pero riquísimo, Alberto II ha esbozado ya sus proyectos para el futuro del principado, que desea sea "irreprochable" en materia de blanqueo de dinero, y orientado hacia la investigación, el medio ambiente y la acción humanitaria.
  
El príncipe, soltero y dueño de una fortuna estimada en 2.000 millones de euros, dio que hablar recientemente al revelarse la existencia de un hijo natural, nacido de una relación con una francesa de origen togolés. El 6 de julio, Alberto reconoció públicamente que es el padre del niño, Alexandre, de poco menos de dos años de edad.
  
No obstante, el príncipe recordó que ese niño no podrá pretender al trono, dado que la ley monegasca reserva la sucesión dinástica a la descendencia legítima nacida de un matrimonio civil y religioso.