El gobierno del presidente transitorio, Eduardo Rodríguez, fue blanco este domingo de múltiples presiones que exigen "voz y voto" de Bolivia en el conflicto marítimo de Perú y Chile, que amenaza con desbaratar cualquier estrategia boliviana para recuperar una salida hacia el Pacífico.
El ex canciller Javier Murillo de la Rocha y el senador Franz Barrios se unieron al coro de voces que exige al mandatario una posición proactiva, según el tabloide paceño La Razón.
Sin ser parte concernida, Bolivia considera sus posibilidades de obtener en el límite marítimo de sus vecinos Perú y Chile una franja en momentos en que, por primera vez en décadas, Santiago parece considerar la posibilidad de zanjar su antiguo diferendo marítimo con La Paz, coincidió el titular de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Guillermo Justiniano.
Analistas de diversas tendencias opinan en la misma dirección, cuando el canciller Armando Mariaca ha patentado una postura de "alerta y expectación".
De hecho, Mariaca comparecerá a media semana en el Congreso boliviano, en una sesión reservada.
Bolivia "debe ser parte de la solución" del problema urgió Murillo, quien durante su gestión (1997-2001) abrió la vía para que La Paz y Santiago reanuden diálogos sobre la antigua demanda marítima de Bolivia a Chile, los únicos países que no tienen vínculos diplomáticos por un antiguo diferendo marítimo.
La Paz reclama desde finales del siglo XIX, en el que perdió todo su litoral a manos de Chile, una salida propia al Pacífico por un corredor soberano de 10 o 20 km de ancho y con continuidad territorial sobre un área que en este momento marca la frontera costera peruano-chilena y donde se centra el litigio entre Lima y Santiago.
Lima y Santiago se encuentran enfrascados en una disputa sobre un área de 35.000 km2 de aguas de riqueza pesquera en el límite marítimo de Perú y Chile.
El presidente del Perú, Alejandro Toledo, promulgó hace dos semanas una ley que afirma la soberanía de su país sobre las aguas en disputa.
Este instrumento "puede presionar y precipitar para que la solución del problema sea bilateral, por lo que podríamos quedarnos sin soga ni cabrito", advirtió Barrios.
Por lo tanto "el país debe plantear insistir que es un lío trilateral", remató Justiniano.
Tanto Murillo, como Justiniano y Barrios fundan sus sugerencias en la advertencia de la ex canciller de Chile, Soledad Alvear, de que "si prevaleciera la tesis peruana (sobre la extensión de su soberanía sobre las aguas en litigio con Chile) se cierra para siempre la posibilidad" de que Bolivia emerja otra vez al mar por territorios y aguas soberanas.
La prensa dominical reprodujo una posición de La Moneda divulgada por diarios de chilenos: "Ofrecer un corredor a La Paz puede terminar siendo más conveniente para Chile que aceptar el trazado peruano".
También citó los comentarios de Oswaldo Puccio, secretario general del gobierno del presidente Ricardo Lagos, en sentido de que La Moneda "tiene la intención de tener las mejores relaciones con Bolivia y existe una agenda abierta".
Puccio refiere el distendido clima de las relaciones entre los gobiernos de Rodríguez y Lagos que han logrado en el último trimestre intensos acercamientos después de momentos álgidos de los vínculos binacionales durante la administración del presidente boliviano Carlos Mesa (octubre 2003-junio2005).