Vocación lechera en Ecuador y pujanza industrial le restan mercado a las gaseosas en el último quinquenio.

La magnífica aceptación del estrato popular capitalino de leche procesada en la Costa, en tan solo dos años, acortó dominios históricos de las pasteurizadoras locales y sirvió de base para que la misma firma procesadora estrene su segunda planta por un valor de 8 millones de dólares en la tierra del famoso hornado, Sangolquí, al oriente de Quito.

“Descubrimos que fue relativamente fácil el ingreso de nuestro producto porque el consumidor de estrato bajo, contrario a lo que se pensaba, demanda leche de calidad, empacada en una funda especial (multicapas) que le permite más duración en las casas y comprar sin recurrir tantas veces al mercado. Y para el distribuidor menos reclamos o devoluciones”, aduce Rafael Wong, directivo de Agrícola Ganadera Reysahiwal.

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Esta firma que recolecta en sus 44 haciendas cerca de 38 mil litros diarios –el mayor productor del país–, empezó a procesar  en la planta en Sangolquí 95 mil litros diarios de los 250 mil de capacidad máxima instalada para abastecer de leches fluidas (semi y descremada) a la capital y ciudades  aledañas. Según Wong, este es el verdadero despertar industrial que empezó tímidamente en Santo Domingo de los Colorados, hace cinco años. De allí distribuían a pueblos costeños cercanos y luego a Guayaquil.

En total Reysahiwal procesa al día 150 mil litros, cuyos proveedores (2.000) en más del 90% son ganaderos pequeños y medianos, localizados en las cuencas lecheras del norte, centro, sur del país y recientemente del oriente.

A ellos les asisten desde el 2003 con un empréstito de fomento y desarrollo ganadero otorgado por la Corporación Interamericana de Inversiones del BID por 8 millones de dólares, que contempla la entrega de vientres a seis años plazo de pago, con dos de gracia; insumos, cercas eléctricas, asistencia técnica, fertilizantes, etcétera, no buscando más litros por vaca sino mayor número de ubres por hectárea.

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“La incorporación de  esta tecnología que por 10 años no hemos explotado comienza  a elevar el rendimiento promedio de 3.9 litros vaca/día a 7 litros”, observó el empresario.

Hasta el momento, el proyecto ganadero ha financiado 600 reproductoras por año cuya demanda aumenta al notar los proveedores que con el pastoreo intensivo ahora les sobra pasto. En pastoreo abierto, se pierde hasta el 75% el alimento y la meta es subir de los 2.000 a 4.000 litros/hectárea/año. El precio interno de la leche fresca está dictado por variables exógenas, pero ha mejorado al haber más competencia de las industrias.

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Wong sostuvo que lo que hacen es controlar el costo y no pagar más ($ 0,26 a $ 0,27/litro), y que las distorsiones vistas por excedentes o déficit en ciertos meses, ya no golpean porque hay plantas pulverizadoras (AGSO y Nestlé) que regulan el mercado. Además ayuda el alto costo internacional de la leche en polvo.

Asegura que en Ecuador ya se paga leche por calidad y espacio para crecer.

En el balde

Crecimiento del sector
Estiman que el crecimiento del sector lechero en los últimos 5 años supera el 40%, muy por encima al de la carne. Esto hace que haya una conversión en las haciendas hacia la primera.

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Atractivo comercial
Por el bajo consumo per cápita de leche y lo contrario en bebidas gaseosas, hace al mercado interno muy atractivo para inversionistas afines a la actividad, caso la Gloria de Perú y Parmalat-Colombia, que extienden sus raíces en Ecuador.