Cientos de palestinos se reunieron ayer cerca de la tumba de Yasser Arafat, en su antigua residencia en Cisjordania, para conmemorar el primer aniversario de la muerte del emblemático líder.

El presidente Mahmoud Abbas, sucesor del ex líder palestino, lideró una ceremonia a la que asistieron funcionarios de alto rango de las facciones más importantes y diplomáticos extranjeros, en honor a Arafat.

Abbas colocó en el patio de la Muqataa la  primera piedra de un complejo que estará integrado por un mausoleo, un museo y  una mezquita dedicados a Arafat.

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Arafat, quien murió a los 75 años, un ex líder de la guerrilla que ganó el premio Nobel de la Paz y la profunda admiración de su gente, dejó un fuerte legado.

Su muerte, tras años de rechazo de EE.UU. e Israel que lo consideraban un obstáculo para la paz, despertó la esperanza de revivir un acuerdo de paz.