El presidente de Afganistán exhortó este sábado a los extremistas a dejar las armas, al tiempo que dos funcionarios gubernamentales y tres policías fallecieron en el año más sangriento registrado en el país desde que la milicia religiosa talibán fue derrocada.
  
El presidente Hamid Karzai hizo sus comentarios en una reunión de líderes gubernamentales y jefes de seguridad que se habían reunido provenientes de todas las regiones de Afganistán, con el fin de discutir formas para acabar con la creciente violencia que ha dejado casi 1.500 muertos este año, entre ellos 86 soldados estadounidenses.
    
Deseamos que todos nuestros compatriotas... se unan a este programa (de reconciliación)... para que renuncien a la destrucción de su país y participen en su reconstrucción, afirmó Karzai.
  
Sus comentarios, difundidos en vivo en la televisión estatal, se produjeron en momentos en que los organizadores de las elecciones legislativas del 18 de septiembre se preparaban para anunciar los resultados finales, que han sido postergados en repetidas ocasiones debido a investigaciones de presuntos fraudes generalizados.
  
Muchos habían esperado que las encuestas fortalecerían la naciente democracia de Afganistán, pero la continua violencia ha socavado la autoridad del gobierno de Karzai y ha provocado temores de que se produzca una mayor inestabilidad.
  
En los combates más recientes, extremistas mataron a tiros al vicegobernador de la provincia sureña de Nimroz, Namatulá Yusuf Zai, después de sacarlo de su automóvil cuando se dirigía a Kabul para asistir a la reunión de paz y reconciliación, dijo el gobernador Ghulam Dustaqir. Culpó del hecho a los rebeldes talibanés.
  
Horas después, dos insurgentes entraron a una mezquita en la vecina provincia de Helmand y asesinaron de balazos en la cabeza a un ex jefe de un distrito local mientras oraba, dijo el gobernador Sher Mohamed Aghunzada. Los extremistas huyeron y la policía lanzó un operativo masivo para detenerlos, en el que arrestó a 12 sospechosos.
 
Los ataques se produjeron justo días después de que Aghunzada sobrevivió a un intento de atentado suicida frente a su oficina.
  
También en la provincia de Helmand, dos policías fueron asesinados en un tiroteo el viernes por la noche, dijo el jefe de policía local Abdul Rehman Jan.
  
En la provincia de Khost, cerca de la frontera oriental con Pakistán, extremistas atacaron un cuartel de policía de distrito, matando a un agente y dejando a seis heridos, dijo Yusuf Stanekzai, portavoz del Ministerio del Interior. La policía respondió matando a una cifra indeterminada de rebeldes, señaló.