Bolivia, Perú, Ecuador y los países de América  Central, con la excepción de Costa Rica, son los más perjudicados  ambientalmente en la región por los efectos contaminantes de la industria  extractiva, señalaron analistas de ONGs durante un evento sobre minería y  desarrollo sostenible.

"El triángulo Bolivia, Perú y Ecuador son en la subregión los más afectados por la contaminación de las minas", dijo César Padilla, del Observatorio  Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA), con sede en Chile.

"En América Central, Guatemala, El Salvador y Nicaragua pagan los platos  rotos de la contaminación minera", agregó el investigador chileno en una  conferencia ante la Asociación de Prensa Extranjera del Perú, país donde la  minería es la locomotora de la economía aportando el 6,6% del PIB.

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La primera reunión de ambientalistas que aborda el impacto de las  industrias extractivas, juntó durante tres días a un centenar de ONGs de Perú,  Honduras, Guatemala, Nicaragua, Chile, El Salvador, Costa Rica, Brasil y  Bolivia.

Los conflictos entre las mineras y las poblaciones nativas se han vuelto un  tema común en América Latina, y las ONGs participantes del encuentro abogaron  por el diálogo como vía para resolver los desencuentros.

Una de las conclusiones del evento celebrado en un hotel de Lima fue "que llegó la hora de poner límites a la minería imponiendo zonificaciones para no  afectar a comunidades campesinas".

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El agua surgió también como eje de la mayoría de los conflictos mineros  porque esta se contamina por los relaves, perjudica a la agricultura y provoca  problemas de salud.

El evento dejó en evidencia el peso que juega la iglesia católica en las  comunidades afectadas por la minería.

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Eloyda Mejía, líder ambientalista guatemalteca, dijo que la iglesia  católica está muy presente en todas las ONG s porque "los ambientalistas  hallaron en la doctrina social un brazo de apoyo".

"La iglesia nos orienta, su apoyo tiene un valor moral y ético de suma  importancia. Convergemos en un fin común", afirmó Mejía cabeza visible de la  resistencia a las mineras en su país donde dijo se le acusa de  "ecoterrorista".

De hecho tres sacerdotes comprometidos en la defensa de los derechos de los  campesinos peruanos frente a las multinacionales mineras (Barrick y Newmont)  participaron del encuentro.

Mejía propone aprovechar el turismo como fuente de desarrollo sustentable  en lugar de privilegiar la minería.

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La líder guatemalteca impulsa la Alianza Latinoamericana contra las  industrias extractivas, un conglomerado de ONG s de la región.

Durante el encuentro Padilla desmitificó la versión de que el modelo minero  chileno es único en la región, en cuanto a que no genera conflictos  ambientales.

"En Chile la iglesia (y los grupos civiles) luchan por una mayor justicia  ambiental (...) las mineras perforan pozos de agua sin estudios de recursos  hídricos", señaló.

El representante del OLCA cuestionó las contribuciones de las mineras de su  país al desarrollo sustentable y señaló "que sólo tres de 47 empresas aportan  para el impuesto a la renta".

Costa Rica es la excepción a la regla debido a una ley que prohibió por dos  años la extracción minera.