Una vez más el productor de televisión, publicista y ex candidato a la Presidencia, en su programa del domingo anterior, exhibió su desconocimiento de la historia del país y de paso del diccionario español. Debería dedicarse a sus programas, viajar por el mundo que es lo que mejor hace.

Asegurar que Luciano Andrade descubrió nuestra cordillera occidental y que Nella Martínez fue encargada del poder, es una barbaridad. Y al decir que en Ecuador rige el bicentralismo (término que no existe ni en nuestro argot popular), insinúa gobiernos semejantes en el mundo, lo cual solo cabe en la cabeza de quien admite una rueda con dos ejes.

Por otra parte, no deja dudas de querer subirse al caballo viejo y cansino de la politiquería demagógica para tentar suerte, como lo hicieron otros e intenta debilitar la posición descentralizadora y autonomista sostenida desde la Costa. Solo quienes, pese a la clara desunión del país y abundancia de ejemplos, no quieren aceptar cuánto daño ha hecho y hace el centralismo. Solo quienes no comprenden que este está en algo tan simple como la distribución de becas del IECE, compra de medicamentos del IESS, etcétera, pueden estar contra la única salida que tenemos.

Además, pese a sus permanentes recorridos como político y productor de televisión, su desinformación es evidente. Aseguró que los indígenas son la mayoría del país. Yo diría que es un mal comienzo de campaña, si es que está esto en su magín. Empezar tan temprano mostrando que ignora las últimas cifras censales, que registran que este importante sector ecuatoriano no llega al 10% de la población censada, muestra su orfandad de conocimientos.

Por añadidura desconoce a los grandes líderes de Guayaquil, como actores determinantes en la construcción de la nación. Privilegió a conductores y líderes de la Sierra en desmedro de la verdad histórica. No es la primera vez que comete este tipo de desatinos contra los guayaquileños. Hace algunos años definió a Guayaquil desde la bahía, la feria sucia de Pedro Pablo Gómez y los pandilleros de Las Malvinas. Parece disfrutar desvalorizando lo que nuestra sociedad aporta por la región y por la patria.

Cuando a propósito de los diez “finalistas” ofrecía sus datos biográficos, destacaba la cuna del nacimiento de casi todos ellos: “el riobambeño Pedro Vicente Maldonado”, “el quiteño José María Velasco Ibarra”, “el ambateño Juan Montalvo”. Esto en principio no está mal, pero lo sospechoso es que cuando le tocó el turno al guayaquileño Vicente Rocafuerte, no indicó su gentilicio.

Aterradora suma de errores históricos que desorientan y desinforman a las nuevas generaciones, haciéndoles creer que los procesos históricos son llanos, lineales y obedecen a una lógica que el discurso oficial burocrático, centralista y sectario se encarga de reproducir.

Es hora de que los programas televisados se monten con adecuado asesoramiento y pluralidad, no como tinglado de ofensas a unos y privilegios a otros. La ética del periodismo independiente así lo exige. Un programa realizado en Quito, es natural que los defensores de los personajes seleccionados en el evento hayan sido intelectuales o investigadores quiteños. Lo que está mal es que estos caballeros acepten tal agresión contra los conocimientos de la juventud ecuatoriana.