El ministro francés del Interior pidió ayer la expulsión de todos los extranjeros condenados por los disturbios que sacuden Francia, mientras en más de 30 ciudades comenzó el toque de queda y en  principio la violencia parecía haber disminuido.

Anoche bajó el número de incidentes. El tribunal correccional de Toulouse pronunció penas de ocho y nueve meses  de cárcel contra tres manifestantes por incendiar coches.

El nivel de violencia ya se había reducido la noche del martes, en la que se registraron 617 vehículos incendiados, después de 13 noches de violencia, la peor registrada en Francia desde mayo de 1968 y que comenzó el 27 de octubre tras la muerte accidental de dos adolescentes, la que ha dejado más de 6.500 vehículos calcinados, docenas de policías heridos y un civil muerto.

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El ministro de Interior, Nicolás Sarkozy, pidió a los prefectos que expulsen a todos los extranjeros condenados por la ola de vandalismo, “incluidos” los que tienen permisos de residencia.

Han sido detenidas 1.800 personas, la mayoría magrebíes y africanos, según el Ministerio de Interior.