Los moradores de Bellavista Alta miramos con preocupación que pagamos con puntualidad nuestras planillas sin protestar por los costos elevados, pero a cambio no recibimos servicio de agua. Cuando lo tenemos, jamás es permanente sino por horas.

En las tuberías, al estar desocupadas y reinstalarse el servicio, el agua empuja el aire. Es un perjuicio de todos los días y nadie dice nada. Siempre fue igual, pero ahora es peor, pues nos suspenden el servicio por una semana y como “compensación” mandan a unos tanqueros a que repartan agua sin orden, por lo que en muchas viviendas jamás la recibimos.

Quien fuere que esté manejando el agua potable en Guayaquil debería hacer su trabajo de la mejor manera y sentirse orgulloso del deber cumplido, no limitarse a publicar las utilidades que pasando los 10 millones de dólares han tenido a costa del empobrecido bolsillo nuestro, mientras a cambio dan pésimo servicio.

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Christian Maldonado
Guayaquil