Un juez negó ayer pedido de libertad a Alberto Fujimori,  preso en Santiago. Aún  no se  trata su extradición.

La detención preventiva en Chile del ex presidente Alberto Fujimori le significa a Perú no solo un vuelco total en el ambiente político, a pocos meses de las elecciones presidenciales, sino también en las relaciones con Chile, que habían ingresado a uno de sus momentos más críticos en décadas por una controversia de límites marítimos.

“Lamentablemente  se están ‘fujimorizando’ todas las discusiones en el Perú”, dijo ayer el ex canciller Diego García.

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Esto (la detención del ex presidente), agregó, abre una situación política en la que el protagonismo de Fujimori y del fujimorismo será mayor.

En tanto, la justicia chilena rechazó ayer liberar provisionalmente al ex presidente Alberto Fujimori, mientras su equipo de abogados se reforzó para enfrentar el proceso de extradición al Perú.

El juez Orlando Álvarez rechazó de plano la petición de Alberto Fujimori porque aún no se cumple el plazo de dos meses que tiene Perú para pedir formalmente su extradición, dijo el funcionario de prensa de los tribunales, Miguel González.

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Álvarez también rechazó liberarlo a cambio de una caución y/o de un arraigo.
Fujimori llegó el pasado domingo sorpresivamente a Santiago, luego de permanecer autoasilado en Japón desde el 2000, como prófugo de la justicia de su país. Antes de ingresar a Chile realizó una escala en México. Ayer, el embajador de EE.UU. en Lima, James Curtis,  negó que haya hecho una  escala en su país.

El ex mandatario enfrenta 21 juicios, 9 por homicidio y secuestro, a raíz del asesinato de 25 personas en manos del grupo paramilitar Colina, y por corrupción, consecuencia del pago de 15 millones de dólares al ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos.