Cae la noche en Salinas y el esparcimiento cambia de escenario. La playa descansa pero la brisa marina se mantiene y desde luego, los turistas siguen ávidos de entretenimiento.
El frío nocturno no impide a los visitantes vestir ropas ligeras. Discotecas, bares, restaurantes o el malecón pintan como destinos para pasarla en familia o entre amigos.
Salinas es un punto turístico y por ende empresarios se esmeran en acaparar ese flujo y realizan inversiones para suplir sus demandas. Los réditos determinan un negocio donde los informales también se dan modos para hacerse de unos cuantos dólares. Estos últimos evidenciaron varios casos en el feriado pasado.
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Carros ecológicos
“Yo los inventé”, pregonó Rodolfo Bacilio, de 41 años, sobre los vehículos levantados en una estructura de tubos metálicos y cuyo alquiler cuesta $ 2 los 30 minutos.
Impulsado a pedales, estos carritos –que Bacilio promociona como ecológicos– tienen capacidad para seis personas (según el diseño).
Al parecer el móvil tuvo aceptación. Gran cantidad de ellos se mezcló con el tráfico particular que circuló en el malecón de Salinas en las noches del pasado feriado.
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Sus ocupantes evidenciaron emoción e incluso, involuntariamente o a propósito, algunos extendieron su tiempo, hecho que Bacilio lo toma con calma. “Al turista hay que tratarlo bien y si se pasa (el tiempo) hay que obviar”, afirma.
Cantores populares
Cantores populares también prefirieron la noche y ofrecieron su repertorio en restaurantes. Ángel Muñoz (42 años) con el requinto y Sneider Cobeña (32) con la guitarra forman el Trío Libertad. Pese a que el martes pasado faltó un integrante, eso no alteró el formato aprendido a base de características de los clientes.
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“Si son aniñados tocamos Ay mi morena, de Antonio Banderas, y si son mayores, algún pasillo”, indicó Muñoz en una noche donde las propinas fueron escasas.
Tras realizar el estribillo del tema del actor español, el músico reveló que “otros feriados representan $ 30 diarios a cada uno”. Esto antes de seguir su periplo por los locales de comida y con $ 5 en los bolsillos, según dijo.
Teatreros callejeros
La potente voz de Juan Carlos Méndez (34) distrajo la atención de quienes transitaban por el malecón de Salinas. Eran las 20h30 del miércoles y en cuestión de minutos más de una centena de personas (entre niños y adultos mayores) rodearon al actor integrante del grupo teatral Los Diablos Rojos, según se anunciaron.
Eran los previos de una presentación donde el enganche consistió en chistes abarrotados de palabras obscenas y ademanes que evocaron homosexualidad, pero que al parecer gustó a la mayoría.
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“Me sacó el estrés aunque a veces dice cosas fuertes”, opinó Piedad Acacias, turista guayaquileña, quien aplaudía las ocurrencias del artista.
Méndez, apoyado por Juan Gabriel Romero (18), cobró antes por su actuación. Ambos animaron a la audiencia a cooperar económicamente.