El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, no escapó a las protestas de  organizaciones sociales durante su visita ayer en Panamá,  tercera y última escala de una gira por América Latina que suscitó   manifestaciones contra su presencia.

Según analistas, Bush necesita una  agenda que vaya más allá del libre comercio para mejorar su imagen en la región  y frenar a Venezuela.

Anunció su apoyo a la modernización del Canal de Panamá, cuyo costo es de al menos $ 8.000 millones, tras reunirse con el gobernante panameño Martín  Torrijos.