¿Cuáles son las bases sobre las que los países latinoamericanos se desarrollaron? Las mismas bases torcidas que en aquella época estaban vigentes en España; las mismas que causaron que la Península Ibérica, desde mediados del siglo XI hasta finales del siglo XX, quede rezagada del resto de Europa a su condición histórica de imperio. Solo en el arte floreció, mas en todos los otros ámbitos estuvo casi ausente. La revolución industrial se estrelló en los Pirineos. Es en la declinación del imperio que se descubre América. En lo económico, España se debatía entre el feudalismo y el mercantilismo. La mentalidad aristocrática no valoraba la actividad comercial o empresarial. El sistema de tenencia de tierras era una barrera para las nuevas inversiones.

La casi total apertura comercial que se dio en parte del continente europeo en aquella era le dio a Venecia, Holanda, Inglaterra y otras naciones, una riqueza, bienestar y crecimiento económico como el que pocas veces se ha dado en la humanidad. Entonces, hace exactamente cuatro siglos, la naciente clase media europea exigía a la monarquía el fin del mercantilismo. Por el contrario, nosotros en América, medio milenio después, exigimos que no nos toquen el sistema, sino más bien que se fomente.

Los ganaderos, cual dueños del país, amenazan con cerrar todas las vías si no se les permite seguir gozando de las canonjías que da un mercado cerrado a la competencia internacional, oponiéndose al TLC, sin pensar que millones de personas se beneficiarían.

Los ensambladores, como muchos otros sectores, han tratado por todos los medios de manejar los hilos políticos usando su gran capacidad de lobby para evitar que el mercado se abra y tengan que enfrentar su ineficiencia.

América Latina tendría un crecimiento similar al que desde hace más de una década tiene la China, si eliminara el sistema heredado de un árbol de ramas torcidas hace quinientos años, ese neomercantilismo, en el cual la clase monárquica, hoy representada por los políticos y burócratas, e incluso algunos sindicalistas, manejan o medran de la mayoría de los medios de producción y graciosamente otorgan favores a dedo, arbitrariamente dando canonjías a tal o cual industria, y quitándoselas a otras.

No existe nación que haya prosperado en el tiempo mientras haya mantenido sus fronteras cerradas, sea al comercio, a las ideologías o a cualquier tipo de intercambio. España igualó a sus vecinos en las últimas dos décadas, solo cuando cambió de estrategia comercial y política. China ha comenzado a crecer justamente después de abrir sus fronteras a Occidente. No hay ciencia. Solo revisaron la historia. En los países que tuvieron intercambio más libre entre ellos en los últimos cuatro siglos, el Producto Interno Bruto creció seis veces más que en los países que se cerraron y mantuvieron sus viejos esquemas mercantilistas.

¿Podremos salir de la Edad Media? ¿Librarnos de las taras de la mentalidad feudal en la que se fundó nuestra América? Curioso que las organizaciones de izquierda, e incluso las indígenas, sigan convencidas de perpetuar el mismo sistema económico colonial impuesto por la Corona.