La denuncia es muy grave. Creíamos que irregularidades así eran ya solo ocasionales, al haber mayor rigor en el control de la venta de combustibles. Resulta sin embargo que el porcentaje de estafadores sigue siendo relativamente alto, y por ende los consumidores deberemos estar nuevamente alertas.

Lamentablemente, la DNH no ha informado más. No ha dado nombres de estaciones que incumplan la ley, ni la falta cometida por cada una, ni las sanciones que ha impuesto individualmente. Solo se ha dicho que las multas ascienden a un total de 8.800 dólares, lo que parece una cantidad muy baja para acusaciones tan graves.

Se ha insinuado también que la escasez de diésel podría estar influida por estas irregularidades, pero sin aportar ningún elemento que lo demuestre.

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Ojalá que este vacío en la información se corrija. Muy bien que la autoridad en materia de combustibles cumpla con su tarea controladora, pero las acusaciones generales a veces han servido para ocultar ineficiencias propias, inculpando responsabilidades a otros.