El papa Benedicto XVI afirmó ayer que la Iglesia Católica “no vive de sí misma, sino del Evangelio y del Evangelio toma siempre orientación para su camino”.

Esta afirmación la realizó ante los fieles católicos congregados en la plaza San Pedro con motivo del tradicional Ángelus dominical. Previo a la misa, Benedicto XVI recordó que el 18 de noviembre de 1965 el Concilio Ecuménico Vaticano II aprobó la Constitución sobre la divina revelación, Dei Verbum, que “constituye una de las columnas  del edificio conciliar”.

“El Vaticano II pone en el centro a Cristo, presentándolo como el mediador y junto a la plenitud de toda la revelación”, continuó el Sumo Pontífice, quien añadió que “los Apóstoles, sus sucesores y los obispos son los depositarios del mensaje que Cristo confió a su Iglesia para que fuera transmitido íntegro a todas las generaciones”.

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Según el Papa, “la Constitución conciliar Dei Verbum ha dado un impulso a la valorización de la Palabra de Dios, de donde se ha derivado una renovación de la vida de la comunidad católica”.