Después de pasar mediodía entre codazos y pisotones en el edificio del IESS para solicitar un préstamo quirografario, entre los requisitos, por razones de seguridad –lo que me parece excelente– me solicitaron una carta del banco donde tengo mi cuenta, en la que el mismo certifique que esta está habilitada y es mía.

Sorpresa para mí fue que para que me emitan ese certificado, el banco, que vive de mi cuenta de ahorros me debitó $ 3, lo que me parece una cantidad excesiva para mi empobrecido saldo, que por la crisis económica siempre está bajo las dos cifras.

¿Por qué los bancos cobran tanto, cuando el trámite no demora ni un minuto? ¿Por qué cobran tanto cuando ni siquiera usan papel membretado original, sino una simple fotocopia? ¿Por qué cobran cuando debería ser un servicio que todo usuario tiene derecho por elegir ser cliente de ese banco? Ahora alcanzo a entender por qué algunas personas tienen su cuenta en el colchón bank.

Publicidad

Marola A. Peralta Benites
Guayaquil