Con propagandas de página entera –en donde lo más grande es su fotografía– los ministros de Salud, Agricultura y el Coordinador del Servicio Ecuatoriano de Sanidad Agropecuaria, pretenden hacer salud pública con el eslogan “El consumo de pollo debe ser normal”, y para reafirmar su aserto comen un pollo frente a los medios de comunicación.

En un país en medio de una gran crisis política, social, económica, educativa, sanitaria, etcétera, este tipo de declaraciones y manifestaciones ególatras, sin ningún sustento de carácter técnico o científico, demuestran que nuestras autoridades no tienen un mínimo plan de contingencia para solucionar este tipo de improntas.

La forma como se ha manejado esta problemática mundial en nuestro país ha generado más bien conductas inusuales de confusión ciudadana, y la consecuente disminución en la ingesta de carne de pollo, la elevación de los precios del resto de carnes y un desequilibrio económico empresarial. Lo lógico en este caso hubiera sido actuar con información clara y específica, aprovechar esos espacios de comunicación para educar a la población y desterrar el pánico y los abusos, desarrollar políticas equitativas en educación para la salud, optimizar el control sanitario y trabajar conjuntamente entre los ministerios de Salud, Educación, Agricultura, Bienestar Social, etcétera, para afrontar esta problemática en forma eficaz.

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Dr. Pablo Izquierdo Pinos
Quito

¿Estamos preparados en realidad para enfrentar esta enfermedad?, ¿el Ministerio de Salud podrá enfrentar este reto?, si no es capaz de disminuir cada año la cantidad de enfermos con dengue o paludismo, si no logra erradicar esa enfermedad que una y otra vez reaparece en la Penitenciaría del Litoral, ¿podrá defendernos de una epidemia que amenaza a todo el mundo?

Francamente creo que no. Si ni siquiera es capaz de saber por sus propios medios que a los enfermos con sida se les acabó hace tiempo un importante medicamento y necesitan mirar las noticias en la televisión para enterarse. Lo que puedo darme cuenta es que, como siempre, nos quieren dorar la píldora: “no se preocupen señores, todo está bien, no hay problema, lo podremos lograr”.

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Ya han de aparecer los ilustres legisladores haciendo denuncias apocalípticas en lugar de presentar leyes y propuestas para enfrentar con éxito esta amenaza que se nos viene. La mejor política sería decirnos la verdad y hablar claramente si tenemos o no los medios y recursos para enfrentar esta situación, preparar a la población para que aprenda a defenderse.

Manuel Torres Núñez
Guayaquil