Uno de los fallecidos es una mujer, que iba a ser atracada. Los otros tres occisos son los supuestos ladrones.

El cuerpo sin vida de Alba Cecilia Palacios Álvarez, de 54 años, quedó, el viernes pasado,  tendido sobre el pavimento de la calle Urbina entre Cordero y Colón, tras recibir nueve impactos de bala, durante un confuso incidente entre la Policía y un grupo de antisociales.

Durante la acción resultaron heridos tres presuntos delincuentes, quienes fallecieron cuando eran trasladados hasta el hospital Eugenio Espejo.

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Antes del traslado de los heridos, el escenario era aterrador. Por un lado estaba el cadáver de Palacios, veinte metros más al sur, en la mitad de la calle Urbina, estaba herido uno de los tres supuestos delincuentes, quien se desangraba y pedía ayuda alzando su brazo.

A un costado estaba la Policía, que acordonó el sitio para evitar que curiosos contaminaran con huellas el área.

A pocos metros, en la vereda, se hallaba herido otro de los presuntos pillos. Mientras que, en el interior de un local del sector estaba el otro supuesto antisocial, también con heridas de bala.

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Este era el resultado parcial de una balacera ocurrida a las 16h30 del viernes pasado, en el barrio de La Mariscal, centro-norte de la capital.

Los hechos que ocurrieron allí aún no están claros, debido a que hay contradicción entre las versiones de testigos y de la Policía.

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Lo único en que coinciden tanto la Policía como curiosos que observaron el hecho, es que la mujer que murió en el lugar fue una víctima inocente del tiroteo entre antisociales y uniformados.

Según el coronel Mario Acosta, subjefe de la Policía Judicial de Pichincha (PJ-P), los delincuentes intentaron asaltar el almacén Rose, ubicado en ese sector, e incluso, agregó, tomaron rehenes, pero al verse sorprendidos pretendieron huir.

Acosta sostuvo que al momento del escape, los antisociales trataron de robar el vehículo de Alba Palacios, quien, afirmó el oficial, se negó a entregar su automotor.

El jefe policial aseveró que esto provocó la ira de los asaltantes, quienes la acribillaron, y finalmente un grupo de ellos huyó a bordo de una camioneta roja.

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Acosta no aclaró cómo fue que llegó la Policía y se formó el tiroteo con los antisociales que no huyeron, ya que tres quedaron heridos en el lugar.

El oficial se limitó a confirmar que los miembros del Grupo de Apoyo Operacional (GAO) de la Policía “se encontraban tras la pista de los delincuentes desde hace semanas y estaban constantemente peinando (recorriendo) el sector de La Mariscal”.

No obstante, empleadas del almacén Rose, que prefirieron no identificarse, indicaron que los presuntos delincuentes no quisieron asaltar el negocio, sino esconderse de la Policía. Las empleadas dijeron que al escuchar la balacera en las afueras del almacén, se echaron al suelo para protegerse.

Cuando ingresaron los policías, señalaron, supuestamente les pidieron que ayudaran a buscar un maletín que contenía 7 mil dólares, y luego las escoltaron fuera del local.

Las mujeres también negaron que los pillos hayan tomado rehenes, y explicaron que mientras ellas estuvieron en el interior del almacén no hubo disparos. Por esto, no se explicaban cómo apareció un tercer cuerpo abaleado dentro del almacén y con una Mini Uzi en la mano.

El cadáver que fue hallado dentro del almacén corresponde a Cox Vera, un prófugo carcelario, como lo identificó el jefe policial. De los otros dos presuntos antisociales muertos, uno fue identificado ayer como Hugo Eriberto Miranda Zamora, mientras que el otro sigue sin ser reconocido.