Miles de personas participaron ayer en actos y marchas de protesta en unas 200 ciudades de Argentina, donde se paralizaron escuelas, hospitales y oficinas públicas, en repudio a la  presencia del presidente de EE.UU., George W. Bush.

La protesta se  extendió desde Ushuaia, la ciudad más austral, hasta La Quiaca (extremo norte), donde trabajadores del lugar se abrazaron en el puente fronterizo con los de la boliviana de Villazón, como “símbolo de hermandad entre los trabajadores latinoamericanos”.

Escuelas, hospitales, tribunales, universidades y oficinas públicas de Argentina quedaron virtualmente paralizadas, al adherir sus trabajadores a una huelga contra la presencia de Bush, convocada por la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), con unos 850.000 afiliados y de peso en la educación y en la administración pública.

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En hospitales públicos, solo atendían las guardias de emergencia, y fue importante el ausentismo en los tribunales, mientras que los actores hacían paros simbólicos en las grabaciones de televisión y en los teatros.