"Aunque el consejo principal es siempre acudir al médico ante cualquier síntoma o dolencia, la automedicación es una práctica aceptada y recomendada siempre que se la ejerza en forma seria. Los especialistas sólo sugieren hacerlo con medicamentos de venta libre. Además, advierten sobre los riesgos de determinados remedios. "

Existen dolencias frecuentes, como los resfríos, la fiebre y los dolores de cabeza, que suelen ser tratados en forma rápida y espontánea por quien los sufre. Tanto en las farmacias como en algunos comercios minoristas se ofrece una amplia variedad de medicamentos de venta libre que son usados por hombres y mujeres en todo el mundo en esas ocasiones. Otros consultan a sus familiares cómo aliviar los síntomas de, por ejemplo, la acidez estomacal que los está aquejando, y otros tantos recuerdan que la última vez que tuvieron un fuerte dolor, el médico les prescribió un determinado medicamento. Nuevamente, en ambos casos, estas personas se acercan al mostrador y solicitan esos remedios recomendados o ya utilizados.

Cuando adquiere un medicamento de venta libre la persona está ejerciendo la automedicación. Cuando contra la normativa vigente el farmacéutico entrega un remedio que necesita prescripción sin la correspondiente receta del médico, quien lo recibe está practicando la autoprescripción. A pesar de que la mayoría de las instituciones de salud de todo el mundo aconsejan siempre concurrir al médico la Organización Mundial de la Salud considera la automedicación responsable como una fórmula válida de atención de la salud en las sociedades desarrolladas.

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La OMS ha definido la automedicación responsable como el uso de medicamentos de libre acceso y la contrapone a la autoprescripción o uso indiscriminado de fármacos sin indicación médica. Además, considera la automedicación como una realidad que debe ser asumida, afrontada y mejorada. Por ello considera que la información y la educación sanitaria son necesarias para ayudar a que esta práctica, ya instalada en la sociedad y ejercida por muchos, se siga haciendo de forma responsable. La importancia de que los países tomen conciencia de esta problemática radica en que la automedicación y la autoprescripción son prácticas frecuentes. Los estudios realizados demuestran que sus principales causas son la escasez de tiempo para acudir a la consulta médica, la pérdida de la credibilidad sanitaria (basada en el deterioro de la relación médico-paciente) y los procesos patológicos banales que por su carácter de cronicidad son poco valorados por el propio enfermo e interpretados como “automedicables” (gripe, resfríos, cefaleas, etc.). Por otro lado, la sobreinformación en los medios de comunicación que genera que todos crean que saben sobre medicina, las propagandas de medicamentos que muestran alivios inmediatos de los síntomas, y la cantidad de productos de  venta libre que se ofrecen en el mercado, son otras de sus causas.

Ante la frecuencia de la automedicación, los especialistas aconsejan a las personas prestar mucha atención a los antibióticos, los analgésicos y los antiinflamatorios no esteroideos. El mal uso de los primeros (no se suelen tomar las dosis adecuadas ni el tiempo necesario) crea resistencia a las bacterias; los segundos pueden causar nefritis intersticial si son administrados sin supervisión médica; y el creciente consumo de los terceros puede producir gastritis.

Para saber más vea Hogar y Salud, de lunes a viernes a las 8:30 a.m. y 4:30 p.m, por Discovery Home & Health.