"La falta de sueño y los problemas para dormir de los niños son episodios frecuentes al anochecer. Aunque los padres se preocupan, no se trata de un trastorno de gravedad. Establecer rutinas y enseñarles a descansar, son dos claves para que la familia pase una buena noche."

La hora de ir a dormir, aunque deseada por los agotados padres, muchas veces es vivida como problemática por los niños, sin importar la edad. No quieren irse a la cama, les cuesta conciliar el sueño, están inquietos, lloran, piden agua o exigen que les lean otro cuento. Por eso, muchos padres, cuando aumenta su cansancio y disminuye su paciencia, consultan con el pediatra o compran los libros que aconsejan cómo lograr lo imposible: que los chicos se vayan a dormir sin protestar.

Según la Academia Nacional de Psiquiatría de Chicos y Adolescentes de los Estados Unidos, muchos niños tienen problemas para dormir. Además de la frecuente dificultad para conciliar el sueño, algunos chicos se despiertan varias veces durante la noche, hablan mientras duermen, tienen pesadillas o terrores nocturnos, se orinan en la cama, aprietan los dientes y se despiertan muy temprano.

Publicidad

A pesar de esta amplia gama de problemas del sueño que puede preocupar a los padres, los pediatras consideran que son producto de hábitos irregulares para dormir y de la ansiedad de irse a la cama y quedarse dormidos. Por ello recomiendan una serie de rutinas para ayudar a sus hijos a conciliar el sueño, y para que aprendan cómo hacerlo.

Según los especialistas de la Fundación Nacional del Sueño de los Estados Unidos, una buena rutina nocturna consiste en dar a los niños una merienda liviana, bañarlos, ponerles el pijama, llevarlos al baño para que se cepillen los dientes, leerles un cuento, proveerles una habitación silenciosa y de temperatura agradable, colocarlos en la cama y arroparlos, despedirse y salir de la habitación.
Como la clave está en que los niños aprendan a dormirse solos, la mayoría de los pediatras aconsejan a los padres que empiecen a inculcar este hábito en sus hijos desde que son bebés. Para ello se han creado diversos métodos. Uno de ellos consiste en dejar llorar al bebé en su cuna para que éste aprenda a dormirse solo.
Como llevar esto a la práctica suele ser muy traumático tanto para los padres como para los pequeños, se recomienda realizarlo en forma progresiva. Primero, ante el primer llanto del niño se deben esperar cinco minutos antes de entrar a la habitación. Pero una vez adentro, no hay que cargarlo ni mecerlo, sino calmarlo con la voz. Cuando vuelva a llorar hay que esperar diez minutos antes de entrar a su cuarto, luego 15 minutos y así sucesivamente. En los próximos días se deben agregar cinco minutos adicionales al primer intervalo y se debe recordar siempre que el objetivo de entrar a la habitación no es mecerlo sino asegurarle que los padres siguen estando.

Cuando ya son mayores de dos años algunos pediatras recomiendan establecer un sistema de premios. Por ejemplo, utilizando un calendario se comienza a celebrar que el niño ha dormido tres noches seguidas sin problemas. Luego se debe aumentar la cantidad de noches para que vuelva a recibir un premio.

Publicidad

Para obtener más  información sobre este tema vea Angelitos, los viernes a las 9 p.m. en Discovery Home & Health.