El combate contra la inmigración ilegal en los Estados  Unidos debe respetar los derechos humanos, señaló ayer la Cancillería de México en respuesta al anuncio del secretario de Seguridad Interior  norteamericano, Michael Chertoff, de aumentar la guardia fronteriza en su país.

Además, los presidentes centroamericanos esperan lograr que EE.UU. detenga una masiva deportación de indocumentados, en un encuentro que sostendrán con su homólogo estadounidense, George W. Bush, durante la Cumbre de las Américas que se celebra desde hoy en Argentina.

México “estará pendiente de que la aplicación de cualquier iniciativa sea respetuosa de los derechos de los mexicanos que residen en Estados Unidos”, precisó la Cancillería de ese país.

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Una iniciativa del gobierno de EE.UU. es reclutar a 1.000 nuevos agentes para actuar contra la inmigración ilegal.

Ante las nuevas medidas de Washington para reducir la inmigración ilegal, México reiteró que “el manejo del fenómeno migratorio y la atención de los retos de seguridad (que este genera) deben realizarse bajo el principio de responsabilidad compartida”.

El gobierno mexicano reiteró que se requiere crear “mecanismos que permitan que la  migración entre México y Estados Unidos se realice de forma legal, segura, ordenada”.

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La contratación de 1.000 nuevos guardias fronterizos en Estados Unidos forma parte de un plan a varios años destinado a reforzar las fronteras de ese  país.

México “estará muy al pendiente de que la aplicación de esta y de cualquier otra iniciativa sea respetuosa de los derechos de los mexicanos que residen en los Estados Unidos”, precisó la Cancillería de ese país en un comunicado.

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En la actualidad, más de 11.000 guardias patrullan a lo largo de 11.000 kilómetros de  frontera de Estados Unidos con México y Canadá.

Se calcula que cada año intentan cruzar la frontera entre México y EE.UU. de forma ilegal unas 300.000 personas, según datos del gobierno mexicano.