La violencia urbana continuó este viernes por la noche  en la región parisina con otros 85 vehículos incendiados y el arresto de unas  30 personas, luego de que el primer ministro Dominique de Villepin se reuniera  con 16 jóvenes que habitan en los barrios pobres de la capital donde se  iniciaron los incidentes hace ocho días.

Este balance es por el momento comparable al del jueves a la misma hora de  la noche, precisaron fuentes policiales.

Entre los vehículos incendiados, 40 fueron quemados en la región parisina,,  señalaron. Muchos de los vehículos se incendiaron por propagación de llamas.

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Por otra parte, un incendio muy importante de origen no determinado afectó  en la tarde dos depósitos de textiles en Aubervilliers (departamento de  Seine-Saint-Denis).

En la noche del jueves al viernes, más de 550 vehículos fueron incendiados  en la región parisina, en la octava jornada de violencia urbana desde el 27 de  octubre.

Este viernes, fuentes judiciales indicaron que una mujer inválida de unos  56 años recibió quemaduras graves durante el ataque a un autobús el miércoles  por la noche en la localidad de Sevran.

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El primer ministro francés, Dominique de Villepin, se reunió con 16 jóvenes  durante dos horas y media como parte de su ronda de consultas para preparar en  las próximas semanas un plan de acción en favor de los barrios periféricos más  olvidados.

"Hemos hecho un balance de cómo están las cosas y le hemos dicho que los  problemas de la periferia no empezaron" la semana pasada, contó Sihame,  responsable de una asociación local y de estudiantes.

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Un poco antes, el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, reunió a todos  los alcaldes regionales para tomar "medidas operativas para poner fin" a estos  incidentes.

En total, desde el 27 de octubre, sin contar el balance de la noche del  viernes, 1.260 vehículos fueron incendiados, según cifras de la dirección  general de la policía nacional (DGPN).

A comienzos de la tarde, el Partido Comunista francés, el diputado Verde  ecologista Noel Mamere y el secretario nacional del Partido Socialista  encargado de la justicia y la seguridad, André Vallini, pidieron en comunicados  separados la renuncia de Sarkozy.

Sarkozy declaró por su parte que la noche anterior (del jueves al viernes)  fue "un poco mejor" con "pocos enfrentamientos directos" entre manifestantes y  fuerzas del orden.

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Sin embargo cinco edificios se incendiaron en Seine-Saint-Denis.

También se vieron afectados los servicios de trenes de cercanías el  viernes, según la empresa ferrroviaria estatal SNCF.

En el curso de la semana, los disturbios han afectado a unas 40 comunas.

Unos 1.300 policías estaban movilizados y se habían practicado una 150  detenciones que culminaron por el momento en una decena de condenas por  "destrucción de bienes públicos" o "violencias".

Según las autoridades 22 personas debían ser juzgadas el viernes por  destrucción de bienes y violencia sobre agentes de seguridad y periodistas,  entre otros cargos.

En total, 78 personas fueron interrogadas y seis policías resultaron  ligeramente heridos en la noche del jueves al viernes.

El gobierno aparecía impotente para contener la situación.

Los habitantes de los suburbios declararon estar desesperados por estas  noches sin dormir a causa de los enfrentamientos, de los incendios, con el  ulular de las sirenas de la policía y de los bomberos, y deprimidos por el  espectáculo que descubren al día siguiente.

El gobierno prometió un "plan de acción" de aquí a fin de mes para las  "zonas sensibles", como llaman en lenguaje técnico a estos suburbios pobres a  escasos kilómetros del centro de París, transformados en guetos.

Pero los alcaldes y administradores, tanto de izquierda como de derecha,  manifestaron su oposición a otro plan de urgencia más.

La situación "es tremendamente grave y explosiva", advirtió uno de ellos, y  si "hubiese un muerto, se perdería totalmente el control".

Según los sociólogos, la violencia refleja el fracaso durante 25 años de  diversas políticas y de las fallas de la integración para una parte importante  de habitantes de estas áreas pobres, con orígenes en Africa del Norte y el  Africa subsahariana, en sectores donde el desempleo y la deserción escolar  alcanzan cifras muy superiores a la media nacional.

El Partido Socialista pidió el viernes a través de su portavoz, Julien  Dray, que se organice "lo más pronto posible" un debate en la Asamblea Nacional  (Parlamento) sobre la cuestión.