Rosita, una osa andina que estuvo cautiva y fue durante años maltratada por traficantes de animales, ha vuelto a su terruño, las planicies del volcán Cotopaxi en Ecuador, para quedarse y tratar de sobrevivir.
Esa osa andina (Tremarctus ornatus), que pertenece a una especie en vías de extinción y es la única variedad de úrsidos de Sudamérica, fue raptada de pequeña por traficantes de animales, que pretendían venderla como mascota para una hostería en la población de Baeza, a unos 80 kilómetros al este de Quito.
Mientras fue cautiva de los traficantes, estuvo en una jaula pequeña, sin alimentos ni cuidados. Cuando se la rescató estaba herida y en mal estado.
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La Policía y el Centro de Rescate de Fauna Silvestre Santa Martha rescató a la osa, pero la tuvieron en cautiverio durante casi dos años más, hasta que decidieron llevarla a su hábitat natural.
El nuevo hogar de Rosita es alejado y poco concurrido por humanos, a un costado del volcán Cotopaxi, de 5.897 metros de altura, cubierto de nieves perpetuas. Ella lleva un collar localizador para vigilar sus movimientos.