La Policía Nacional acantonada en la península de Santa Elena reconoce que hay pandilleros en este lugar y que falta más patrullaje para controlar la situación, pero al mismo tiempo se justifica porque, supuestamente, hay poco personal.

“Faltan más policías para afrontar esa situación. Apenas pasamos los 200 y esto no es suficiente”, sostiene el teniente Cristhian Pérez, de la Policía Judicial de La Libertad, quien revela que en caso de detectar a un pandillero no lo pueden encerrar en un calabozo. “Nuestra acción comprende aislar al menor que, como tal, no puede ser encerrado en una celda”, aclara.

El oficial afirma que la autoridad debe determinar el proceso por seguirse en contra de los menores y pese a que prefiere no hablar sobre delitos cometidos por pandilleros, enfatiza que la conducta de estos es producto, en gran parte, de la formación que reciben en sus  hogares.

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Dionicio Gonzabay, alcalde del cantón, coincide con Pérez en que hace falta un mayor control intrafamiliar para ayudar a disminuir el número de jóvenes que buscan ingresar a pandillas.

Para ello, dice Gonzabay, “es necesario regresar a los tiempos en que el hijo debía pedir permiso a los padres y decir adónde va, con quién va, cuánto tiempo va a estar fuera de la casa porque es la única forma de controlarlos”.

En cuanto a la falta de gendarmes, el Alcalde indicó que próximamente 80 uniformados se sumarán al contingente policial de la Península, para vigilar a los pandilleros.