Con la función del grupo argentino culminó el III Festival Internacional de Teatro Experimental en Guayaquil.

Bajo la dirección artística de Emilio García Wehbi, Ana Alvarado y Daniel Varonese, el colectivo argentino Periférico de Objetos participó con la puesta en escena de la obra La última noche de la humanidad, la noche del pasado martes, en el Teatro Experimental del Centro de Arte de la Sociedad Femenina de Cultura.

La propuesta teatral invitó al público a generar diversas emociones y sensaciones a partir de la representación de situaciones de subyugación, desamparo, inequidad social, dolor, regocijo y tolerancia.

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El montaje toma como referencia el texto Los últimos días de la humanidad, del autor austriaco Karl Kraus (1874-1936), y desde allí elabora un espectáculo dividido en dos partes complementarias.

La primera se llama Opereta Apocalíptica e Hidrocefálica. Aquí se combinan actores y muñecos, que están envueltos en barro en un páramo similar a un espacio devastado. Los personajes cantan en homenaje a la especie humana, que consideran ya extinta.

En la segunda parte, titulada White Room, los objetos y la vestimenta es blanca. Los cinco actores en escena son manejados por una voz en off y el espacio físico donde se pasean puede asimilarse a un psiquiátrico, en el que quienes permanecen allí son vigilados.

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El crítico de arte Juan Castro y Velásquez sostiene que la escenografía y expresión corporal de los actores es lo que resalta de la obra. “Comprendo que es parte inherente de la puesta en escena que se digan malas palabras, sin embargo, a mí no me gusta escucharlas y creo que se debía advertir sobre el lenguaje soez que en ocasiones se utilizó”, añade.

La actriz, cuentera y bailarina Ángela Arboleda comenta que la primera parte le pareció muy dura y grotesca. Sintió que  el público se puso muy tenso ante lo que veía sobre  el tablado. Señala que la representación de la segunda parte “es algo que ya estamos viviendo. Somos claramente manejados por el poder de consumo, de lo extranjero, de la imagen y de la TV”.

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La directora de teatro y actriz Marina Salvarezza describe a La última noche de la humanidad como profunda. Pese a que al inicio del montaje se mostró indiferente a los desnudos de los actores –recurso necesario para demostrar el origen de la vida–, le tomó interés a los momentos de imposición que se presentaron en White Room.

Periférico de Objetos logra mantener la tensión durante la hora cuarenta minutos que dura la pieza, expresa el director teatral Juan Coba. Su percepción del montaje es que la violencia de una sociedad encerrada en una gran cárcel hace vivir a todos como la última noche de la humanidad.

La intervención del grupo argentino clausuró la tercera edición en Guayaquil del Festival Internacional de Teatro Experimental.