La reina Sofía, que cumplió ayer 67 años, aseguró que su mejor regalo de cumpleaños ha sido el nacimiento de su nieta, la infanta Leonor, primogénita de su único hijo varón, Felipe de Borbón, ocurrido el lunes pasado.
La soberana llegó ayer a la clínica Ruber para ver a su nieta y festejar su cumpleaños con un almuerzo junto con sus hijas, las infantas Elena y Cristina, los esposos de estas, Jaime de Marichalar e Iñaki Urdangarín, y los príncipes de Asturias.
Solo faltó a la cita el rey Juan Carlos I, que se quedó en su residencia oficial del palacio de la Zarzuela para seguir por televisión el debate sobre el proyecto de estatuto catalán.
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Al término del almuerzo, en el que no faltó el tradicional brindis y la tarta de cumpleaños, la infanta Cristina, que conoció ayer a Leonor, abandonó la clínica afirmando que su nueva sobrina es “preciosa”. Felipe dijo también que su hija es “muy guapa”.
La prensa especula que el esperado momento de ver salir a Letizia con su pequeña en brazos tenga lugar mañana viernes.