Hamas anunció hoy que no renovará una tregua informal de nueve meses que rige hasta fin de año después que Israel mató a uno de sus activistas principales en un ataque aéreo en Gaza.

La tregua fue mediada por Egipto, que invitaría a las milicias, incluida Hamas, a El Cairo en las próximas semanas a discutir una extensión del acuerdo.

Durante los últimos nueve meses la violencia descendió marcadamente y Hamas se abstuvo de realizar ataques suicidas en Israel. Pero ha disparado cohetes desde Gaza a poblaciones israelíes en represalia por violaciones israelíes de la tregua, tales como ataques aéreos e incursiones mortíferas.

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El martes, un activista de Hamas y un prófugo perteneciente a otro grupo armado murieron a raíz de un ataque aéreo israelí a un campamento de refugiados en Gaza.

"Frente a la agresión sionista, que nadie sueñe con la renovación de la tregua", dijo el vocero de Hamas, Mushir al-Masri. Hamas se reserva el derecho de contraatacar, aunque por el momento no denunciará la tregua, añadió.

Por su parte, el estado judío reiteró enérgicamente sus reclamos de que la Autoridad Palestina y su líder, Mahmud Abbas, no se limiten a desarmar a los milicianos sino que debe arrestarlos.

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"En Cisjordania, un soldado israelí murió durante una redada de milicianos cerca de Jenín", señaló el vocero militar. En la misma operación, un miliciano de Yihad Islámica que participó de un ataque suicida en Israel la semana pasada fue detenido, indicó el ejército.

Más de una semana de violencia, con el ataque suicida y los asesinatos de milicianos por Israel, ha reducido las esperanzas de paz generadas por el repliegue israelí de Gaza en septiembre.

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El martes, misiles israelíes alcanzaron el auto en que viajaba Hassan Madhoun, dirigente de la Brigada de Mártires El Aksa, un brazo violento del partido Fatá de Abbas, quien había participado de un ataque con bomba en el aeropuerto israelí de Ashdod.

El otro muerto fue el especialista en cohetes Fawzi Abu Kara, de Hamas, quien según los militares no era blanco del ataque.

En los funerales de ambos milicianos el miércoles, sus camaradas disparaban al aire y uno portaba un lanzacohetes. Los clamores de venganza resonaban por los altoparlantes, y la multitud coreaba, Muerte a Israel, sí a la resistencia.