El papa Benedicto XVI manifestó ayer que con ocasión de la festividad de Todos los Santos, gran fiesta cristiana que se celebra hoy, rezará en la tumba de su predecesor, Juan Pablo II, para quien ha impulsado una vía rápida hacia la santidad.

Al día siguiente, el Papa acudirá como se lo hace de manera tradicional a las tumbas de pontífices, pero este año esa visita ha adquirido importancia adicional tras la muerte de Juan Pablo II.

“Mañana (hoy) por la tarde rezaré en las grutas del Vaticano, en las tumbas de los papas (...) Tendré un recuerdo especial para el querido Juan Pablo II”, dijo Benedicto XVI ante las aclamaciones de los miles de fieles que llenaban la Plaza de San Pedro.

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Benedicto XVI favoreció una vía rápida para la beatificación del papa polaco poco después de su funeral, en abril pasado, desechando el proceso habitual que señalaba que debían pasar cinco años tras la muerte.

La decisión se produjo después de que en el funeral de Juan Pablo II miles de peregrinos que abarrotaron la plaza del Vaticano pidieran que se santificara al clérigo polaco.

La tumba de Juan Pablo II, situada bajo la basílica de San Pedro, se ha convertido en una atracción turística y varios cientos de personas han formado largas filas para ver el mausoleo de mármol blanco durante los días antes de la festividad.