En Miami, más de una semana después de que el huracán Wilma devastara el sur del estado de Florida, el condado de Miami-Dade suspendió ayer el toque de queda que había regido hasta ahora.

La medida se la estableció como norma de seguridad para evitar saqueos y en su vigencia fueron arrestados 194 infractores.

Según el alcalde de Miami, Carlos Álvarez, se ha restablecido de electricidad al 76% de los usuarios, el 70% de los semáforos averiados se ha reparado y aún hay 200.000 hogares y negocios sin energía.

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Según servicios de emergencia, las víctimas que dejó Wilma en Florida son 22. Las escuelas en Miami-Dade están cerradas desde el pasado 21 y se reabrirán mañana.

Una decena de puestos de suministro gratuito de hielo, agua, comida y carpas continúa abierta en Miami para poder paliar las necesidades de las personas que carecen de energía eléctrica en sus casas.

Los cayos de Florida, al sur de Miami, fueron abiertos ayer nuevamente a los turistas.

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Mientras, el huracán Beta se disipó ayer totalmente, tras su llegada a Nicaragua el domingo, pero el fenómeno origina intensas lluvias, lo que preocupa a las autoridades.