El prefecto de Pichincha media en conflicto por Constituyente y defiende a la clase política del país.

El prefecto de Pichincha, Ramiro González (ID), quien se convirtió en mediador entre los poderes Ejecutivo y Legislativo para lograr un acercamiento en el tema de la consulta popular, afirma que  es irresponsable de parte de algunos sectores decir que se vayan todos los políticos.

Recordó que los alcaldes y prefectos forman parte de los partidos, y aún gozan de la confianza de sus electores.

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Pregunta: ¿Cómo así usted decidió hacer el papel de mediador entre el Ejecutivo y el Legislativo?
Respuesta: Porque yo vi  que el país se hunde y lo que he querido es hacer de buen componedor acercando a las dos autoridades, por tener la amistad que tengo con los dos y porque creo que el diálogo es el mejor mecanismo para buscar soluciones.

P: Pero usted también fue mediador en el paro de Sucumbíos y Orellana. ¿Busca protagonismo de por medio?
R: Pero ¿qué protagonismo han visto ustedes?, yo no he dado una declaración de esto, si ustedes no me llaman yo no estoy dando rueda de prensa. Lo que pasa es que aquí cualquier cosa positiva ya es protagonismo, ojalá todos seamos protagonistas en este país.

P: ¿Cuál fue entonces su papel en ese diálogo?
R: Mi tarea fue acercar a las dos instituciones del Estado. Yo estuve trabajando todo el fin de semana (pasado) y el lunes tuve ya la reunión con los dos. Se quedaron en algunas cosas importantes y se dieron otras, pero había la plena voluntad de ambas partes de llegar a un acuerdo y dialogar.

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P: ¿Qué cosas importantes se acordaron?
R: Por ejemplo que el estatuto electoral (que envió el Ejecutivo para elegir a los asambleístas) era una barbaridad y había que cambiarlo. Para eso se nos encomendó al ministro de Gobierno y a mí, que lográramos hacer un documento consultando con las partes, los movimientos sociales, los partidos políticos, pero eso no se ha dado.

P: ¿No ha habido reunión, entonces?
R: Desafortunadamente no porque el ministro no ha contestado mis llamadas.

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P: ¿Pero no ve una contradicción en el Ejecutivo al reunirse primero con el Congreso y luego decir no a su propuesta?
R: Yo veo con preocupación esa parte porque si hubo esa predisposición para el diálogo, lanzar nuevamente al Tribunal Supremo Electoral la reconsideración (el miércoles), sabiendo que  el Tribunal ya lo reconsideró y lo negó (el martes), es echar leña al fuego.

P: ¿Qué piensa de la idea de preguntar al pueblo qué tipo de asamblea quiere?
R: A mí me parece bien si ya el Presidente está decidido a hacer una asamblea, bueno que le pregunte al pueblo si quiere una Constitucional o una Constituyente.

P: ¿Usted cree que el Congreso respalde esa iniciativa?
R: Yo creo que  el Congreso ya dio un gran paso a través de su presidente. Acuérdese que la semana pasada ninguno de los partidos quería ninguna asamblea.

P: Pero una Asamblea Constitucional no significaría tener congresos paralelos?
R: Bueno, en el 97 ya lo vimos y tuvimos algunos problemas, pero eso se debió pensar antes. Imagínese cómo presentamos al exterior que el Ecuador suspende a la Corte, que suspende al Parlamento. No podemos ir a inconstitucionalidades totales, ¿cuál es la alternativa entonces?, ¿hacer ‘borrón y cuenta nueva’?

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